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El Verdadero Musulmán Hace Súplicas Por Sus Hermanos Ausentes

El musulmán sincero que de verdad desea para su hermano lo que desea para sí mismo no se olvida de orar por su hermano en su ausencia, siendo esto una demostración del amor y del cuidado por su hermano. Él sabe que ésta es una súplica respondida rápidamente, porque se caracteriza por la sinceridad y la pureza. El Profeta (B y P) dijo: 

"La súplica que más rápido se contesta es aquella que un hombre hace por su hermano en su ausencia".[1] 

Una vez el Profeta (B y P) le pidió a ‘Umar (R) que ruegue por él, cuando éste le pidió permiso para realizar ‘Umrah. 

‘Umar (R) dijo: 

Yo le pedí al Profeta (B y P) permiso para hacer el ‘Umrah. Él me dio permiso y me dijo: "No te olvides de nosotros en tus oraciones". Y eso para mí significó más que todo el mundo.[2] 

Los Saĥâbah entendieron esto, y por ello les pedían a sus hermanos que oren por ellos siempre que estuvieran en una situación donde sus oraciones serían contestadas. Los hombres y las mujeres compartieron esta virtud, que es indicativa del alto nivel que alcanzó la sociedad entera durante aquel período de oro de nuestra historia. Al Bujâri transmitió en Al Adab Al Mufrad de Safuân Ibn ‘Abdullah Ibn Safuân, cuya esposa era Ad Dardâ' Bint Abî Ad Dardâ'. Él dijo: Fui a visitarlos en Damasco, y encontré a Umm Ad Dardâ' en la casa, pero Abû Ad Dardâ' no estaba allí. Ella dijo: ¿Quieres hacer el Ĥayy? Yo dije: Sí. Ella dijo: Ora por mí, porque el Profeta (B y P) solía decir: "La oración del musulmán por su hermano ausente es contestada. Hay un Ángel encima de su cabeza que siempre que él ora por su hermano dice: ¡Âmîn! Y lo mismo para ti". Él (Safuân) dijo: Me encontré con Abû Ad Dardâ' en el mercado y me dijo algo similar del Profeta (B y P). 

El Profeta (B y P) le enseñó a sus Saĥâbah el espíritu de equipo y la importancia de preocuparse por los otros. En cada oportunidad que él tenía les hacia una verdadera comprensión de la hermandad, para que no hubiera ningún lugar para el individualismo egoísta que hace que los ojos se pongan ciegos y que los corazones se cierren. 

Un ejemplo de la manera que el Profeta (B y P) infundió el espíritu de hermandad en los corazones de sus seguidores y alejó las semillas del egoísmo son sus palabras al hombre que oró: ¡Oh, Allah! Sólo perdóname a mí y a Muhammad. Él le dijo: "Tú le has negado el perdón a muchas personas". Entonces el Profeta (B y P) le enseñó que el Islam le prohíbe a un musulmán que busque sólo el bien para él. El creyente debe amar para su hermano lo que él ama para sí mismo. 

Así debe ser el verdadero musulmán que ama para su hermano lo que él ama para sí mismo: Debe ser sincero con todos sus hermanos, salvaguardar su reputación, honor y riqueza, durante su presencia y en su ausencia, debe preferirlos a ellos por sobre él mismo, ser tolerante y perdonar sus faltas y errores, ser cortés, amable y humilde con ellos, ser decente en sus relaciones con ellos, en la palabra y en los actos. Él debe ser generoso y no un tacaño, sincero y no un mentiroso, amistoso y no hostil. Él también debe ser confiable, fidedigno y no traicionar. No nos debe sorprender que el verdadero musulmán sea así, debido a que esto es el milagro que el Islam ha forjado en el comportamiento de sus seguidores. Así es como el Islam le pide al musulmán que sea.


[1] Transmitido por Al Bujâri en Al Adab Al Mufrad
[2] Transmitido por At Tirmidhi, que dijo: Es un Ĥadîz Ĥasan Saĥîĥ
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