EL PASO HACIA EL PARAÍSO: El Deber De Resolver Las Necesidades De Los Musulmanes

Dios -alabado sea- dijo:
"¡Obrad el bien! Quizás así, prosperéis". El Sagrado Corán (22:77)

170. Sad Ibn Abu Waqass (que Dios esté complacido de él) narró: En cierta ocasión, estuve con otros cinco hombres en compañía del Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), cuando unos politeístas se acercaron al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y le dijeron: "Si quieres exponernos tu religión, entonces echa a esos, para que no se propasen con nosotros". Éramos Ibn Mas’ud: un hombre de la tribu Huzail, Bilal, otros dos hombres que no me acuerdo de sus nombres y yo. Parece que algo caló en el espíritu del Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y lo estuvo pensando. Fue entonces cuando Dios -alabado sea- reveló:
"No expulses a quienes invocan, mañana y tarde, el nombre de su Señor buscando Su complacencia”. El Sagrado Corán (6:52)

171. A’iz ibn Amr Al Muzani (que Dios esté complacido de él) narró que, en cierta ocasión, Abu Sufián pasó cerca de Salman, Suhaib y Bilal y de otros amigos suyos. Le dijeron "¡Las espadas de Dios no han alcanzado, todavía, lo que debían hacer con los enemigos de Dios!". Pero Abu Bakr dijo: "¿¡Cómo decís tal cosa al anciano líder de los quarichitas!?". Acto seguido, Abu Bakr fue a ver al Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y le contó lo sucedido. Entonces el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) le dijo: "¡Oh Abu Bakr! ¿No les habrás disgustado? Si así fuera, habrías disgustado a Dios".
Abu Bakr regresó en seguida a donde se encontraban y, dijo: "¡Oh hermanos! Temo haberos disgustado". Pero ellos respondieron: ¡No! Que Dios te perdone hermano".

172. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "El pobre no es aquel a quien le satisfacen uno o dos dátiles, ni uno o dos bocados, sino es aquel que se abstiene de pedir a la gente".

173. Anas (que Dios esté complacido de él) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Aquel que haya cuidado a dos niñas hasta que alcanzaron su mayoría de edad, se encontrará conmigo en el Día del Juicio, tal como se encuentran estos dos" al tiempo que juntaba dos de sus dedos.

174. A'icha (la paz y las bendiciones de Dios sean de ella) narró: en cierta ocasión, vino a verme una mujer pobre acompañada de sus dos hijas. Le ofrecí tres dátiles. Así que le dio a cada una de ellas un dátil; pero cuando estuvo a punto de llevarse el último dátil a la boca, sus hijas se lo pidieron, y por ello partió el dátil que iba a comerlo en dos y se lo dio. La admiré por lo que hizo y se lo contó al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios san con él) quien dijo: "Dios le concederá, por ello, el Paraíso o la liberará del Fuego".

175. Júailed Ibn Abur Ak Juza'i (que Dios esté complacido con él) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "¡Señor mío! Denuncio por pecador a quien violara los derechos de ambos débiles: el huérfano y la mujer".

176. Abu Al Dardá O’eimar (que Dios esté complacido con él) narró que había escuchado al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) que decía: "Ayudadme a buscar a los débiles pobres; pues Dios os concede el respaldo y el sustento, más bien, por vuestros débiles pobres".