Según otra versión transmitida por 'Uzman Ibn 'Ata Al Jurasani, Abú Hurairah
narró que el Profeta
le dijo a un hombre: "Abandona lo que te produzca dudas por los que no te haga dudar". Y el hombre le preguntó: ¿Cómo podré darme cuenta de ello? Entonces el Profeta
le dijo: "Siempre que intentes hacer algo pon tu mano en el pecho, pues el corazón tiembla ante lo ilícito y se tranquiliza con lo lícito. Y por cierto que el musulmán piadoso se aleja de los pecados menores por temor a que lo conduzcan a los mayores." 2
Este hadiz significa que el musulmán debe ser cuidadoso con las cosas dudosas y evitarlas. Lo lícito nunca causa inquietud o agitación en el corazón del creyente, mientras que lo dudoso sí lo hace.
Al Hayyáy Ibn Dinar envió a un hombre a Basora con alimentos y le ordenó que los vendiera tan pronto llegara. Cuando el hombre llegó a Basora encontró que el precio de los alimentos estaba muy bajo, entonces guardó el alimento durante algunos días hasta que subió el precio. Luego le escribió a Al Hayyáy: "Cuando llegué a Basora el precio de los alimentos estaba muy bajo, entonces guardé la mercadería durante unos días y la vendí cuando el precio había subido obteniendo así una buena ganancia". Y Al Hayyáy le respondió:
"Nos has traicionado y has actuado en forma contraria a nuestras órdenes. Cuando recibas mi mensaje, distribuye todo el dinero entre las personas necesitadas del pueblo como caridad, y espero que con esta actitud pueda expiar mis pecados".
Durante el califato de 'Umar Ibn Al Jattáb
, un hombre llamado Al Misuar Ibn Majramah monopolizó la venta de granos. Cuando llegó la estación lluviosa, vio las nubes en el cielo y se disgustó, pero luego reflexionó acerca de la actitud que había tenido y se dijo a sí mismo: ¿Cómo puede disgustarme aquello que beneficia a los musulmanes? Entonces decidió vender los granos que tenía al precio que los había adquirido, sin obtener ganancia alguna. Cuando le comentó su decisión a 'Umar
, éste le dijo: "¡Qué Allah te recompense por ello!"
En una oportunidad le preguntaron a 'Á'isha
: ¿Es lícito para quien se encuentra en estado de Ihrám comer la carne de un animal cazado por otro? Y ella respondió: "Existen discrepancias al respecto, y es mejor para vosotros que no os acerquéis a lo dudoso. Además el estado de Ihrám dura sólo unos días".
Por cierto que sólo cuida seriamente de no incurrir en un asunto dudoso quien ha logrado un grado elevado de fe y piedad, pues quien a menudo comete pecados evidentes no se preocupa por abstenerse de lo dudoso. Ibn 'Umar
dijo cuando fue preguntado en Irak acerca de la sangre del mosquito: "¡Se preocupan por la sangre del mosquito cuando han matado a Al Husain (nieto del Profeta)!". 3