EL LIBRO DE LAS CUESTIONES PROHIBIDAS
Dios -alabado sea- dice:
"La muerte os alcanzará donde quiera que os encontréis, aunque estuvierais en torres inexpugnables". El Sagrado Corán (4:78)
Y dice también -alabado sea-:
"Y no os autodestruyáis”. El Sagrado Corán (2:195)
992. Ibn Abbas (que Dios esté complacido de ambos) narró que U'mar Ibn Al Jattab (que Dios esté complacido de él) salió de viaje hacia Siria. Cuando llegó a Sarg, fue recibido por los comandantes de las diferentes provincias, entre ellos se encontraba Abu U’baida y sus compañeros, y le informaron acerca de la epidemia acontecida en Siria.
Ibn Abbas prosiguió: U’mar me dijo que llamara a los primeros emigrantes, y así lo hice. Les consulté una vez que les informé de la gravedad de la situación. Pero, entre ellos hubo ciertas diferencias, pues unos argumentaron: Has salido con un objetivo, y no creemos que debas volverte atrás. Otros opinaron; vienes acompañado de mucha gente, y entre ellos se encuentran los Compañeros del Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él). Por ello, te aconsejamos que no les enfrente a esta epidemia.
U’mar dijo: "¡Dejadme ahora!”.
Acto seguido, me dijo: "Llama a los Ansar", y así lo hice. Les consulté y opinaron al igual que hicieron los Emigrantes, manteniendo parecidas diferencias.
U’mar dijo: "¡Dejadme ahora!".
Y, me dijo: "Llama a los ancianos quraichitas que emigraron antes de la entrada en la Meca".
Cuando les llamé, todos mantuvieron una sola opinión, pues dijeron: "opinamos que debes volver y que los demás lo hicieron también, sin que tuvieran que enfrentarse a esta epidemia".
U’mar hizo un llamamiento a la gente: "Por la mañana, estará cabalgando de vuelta, así que haced lo mismo”.
Abu U’baida Ibn Al Yarrah (que Dios esté complacido de él) dijo: "Acaso es una huida del destino de Dios?.
U’mar (que Dios esté complacido de él) respondió: ¡Ojalá hubiera sido otro quien lo hubiera dicho, Abu Hubaida! -Pues a U’mar le disgustaba mantener cualquier diferencia con él- ¡sí! Huimos de un destino de Dios hacia otro destino de Dios. ¿Qué te parece si tuvieras camellos y bajaras en un valle; en una de sus laderas el terreno era fértil y en la otra era árido. Si los pastara en terreno fértil no lo harías de acuerdo con el destino de Dios? Y, si los pastaras en el terreno árido ¿no lo harías también de acuerdo con el destino de Dios?.
En aquellos momentos, Abdel Rahman Ibn Au'f hizo acto de presencia ya que se encontraba ausente, y dijo; "Tengo algo que decir sobre el asunto. Pues he oído al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) decir: Si tuvierais conocimiento de una epidemia en alguna tierra, no vayáis allí y, si ocurriera en una tierra en donde os encontréis, no salgáis huyendo de la misma".
Entonces, U'mar elevó las gracias a Dios.
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