El Argumento De Que La Naturaleza Es El Creador
Ésta es una mentira que se ha extendido en nuestra época, y que ha engañado incluso a científicos prominentes, muchos de los cuales explican la creación de las cosas a través de la naturaleza diciendo: “Es la naturaleza la que crea y origina”.
Nos gustaría que ellos contestaran la pregunta: ¿A que se refieren con la naturaleza? ¿Quieren decir la esencia de las cosas? ¿O se refieren a las leyes que gobiernan y controlan al universo? ¿O se refieren a otras fuerzas más allá de este universo que lo crearon y originaron?
Si con naturaleza quieren decir el propio universo, entonces no necesitamos tomarnos la molestia de refutarlos, porque la falsedad de esta opinión es obvia en vista de lo que hemos dicho anteriormente. Esta opinión repite el argumento anteriormente referido: que una cosa puede crearse a si misma. En otras palabras, ellos están diciendo que el universo creó al universo, es decir, los cielos crearon los cielos, la tierra creó a la tierra, el universo creó al hombre y a los animales. Ya hemos explicado que la razón humana se niega a aceptar que una cosa pueda crearse a si misma. Para ser más claros, una cosa no puede crear algo que sea más desarrollado o avanzado que ella misma. La naturaleza (los cielos, la tierra, las estrellas, el sol y la luna), no posee razón o las facultades de oír y ver, entonces ¿cómo puede crear al hombre que oye, ve y razona? Esto no puede ser.
Si dicen que todo eso se creo por accidente, nosotros les decimos que sabemos con seguridad que no hubo accidente alguno involucrado en la creación del universo. Ya hemos explicado esto anteriormente.
La teoría de la auto-generación (un argumento engañoso que demostró ser falso)
Una de las cosas que ayudaron extender esta nueva idolatría (la opinión de que la naturaleza es el creador) fue la observación de los científicos de la aparición de gusanos en los excrementos humanos y animales, y la formación de bacterias que se comen los alimentos y hacen que se pudran. Los científicos dijeron que éstos son seres vivientes generados exclusivamente por la naturaleza.
Esta idea le dio peso a la nueva idolatría de la "naturaleza" en los ojos de aquéllos que se desviaron lejos de la verdadera religión de Allâh. Pero la guía de Allâh expuso la falsedad de esta teoría rápidamente a manos del famoso científico francés Pasteur quien demostró que estos gusanos y bacterias a las que se refirieron no se generaban a si mismas de la naturaleza, sino que sus orígenes se encontraban en algo aun más pequeño, invisible a simple vista. Él produjo evidencia con la que convenció a otros científicos de la veracidad de su propuesta. Él colocó alimento en un recipiente al vacio, y mató a las bacterias hirviendo el alimento; ninguna nueva bacteria se formó en la comida y ésta tampoco se pudrió. Es en éste hecho científico que la industria de los alimentos enlatados esta basada[8].
La naturaleza (no) es (sino) el conjunto de leyes que gobiernan el universo
Otro grupo sugiere que la naturaleza es el conjunto de leyes que gobiernan el universo. Ésta es la opinión de aquéllos que alegan tener conocimiento y que creen que la naturaleza es el creador. Ellos dicen que este universo funciona según ciertas leyes que regulan sus asuntos hasta el último detalle. Todos los eventos que pasan en este universo ocurren según estas leyes. Es como un reloj que funciona con exactitud y precisión por un largo tiempo, funcionando por si solo sin alguien lo controle.
De hecho, estas personas no están contestando la pregunta que se hizo: ¿quién creó el universo? Ellos nos dicen sobre la manera en que el universo opera, y nos dicen cómo estas leyes afectan a las cosas, pero nosotros queremos saber quién creó el universo y quién creó las leyes que lo gobiernan.
Ûahîd Uddîn Jân dice: "Los hombres de la antigüedad sabían que la lluvia venia del cielo y hoy en día nosotros sabemos todo sobre cómo el agua se evapora del mar hasta que las gotas de lluvia caen sobre la tierra (el ciclo del agua). Todo esto no es sino una descripción de lo que pasa, pero no es en sí mismo una explicación. La ciencia no nos dice cómo es que estos fenómenos se volvieron leyes, o cómo es que estos se dieron entre el cielo y la tierra de esta forma tan beneficiosa e impresionante. Es de estos fenómenos que los científicos derivaron estas leyes.
Cuando el hombre alega que al descubrir las leyes de la naturaleza ha resuelto el misterio del universo, no está sino engañándose a si mismo. Al hacer este alegato lo que él está haciendo es colocar un eslabón del medio de la cadena en el lugar del eslabón que va al final de la misma.
La naturaleza no explica nada (acerca del origen del universo), sino que ella misma está en necesidad de ser explicada. Analicemos este debate que podría tener lugar entre un hombre inteligente y un doctor prominente en su campo:
Interrogador: ¿Por qué es roja la sangre?
Doctor: Porque hay células rojas en la sangre. El tamaño de cada célula es 1/700 de una pulgada.
Interrogador: Bien, pero ¿por qué estas células son rojas?
Doctor: Porque en la sangre hay una substancia llamada Hemoglobina que se pone roja cuando es mezclada con el oxígeno en el corazón.
Interrogador: Perfecto, pero ¿de dónde vienen estas células que transportan la hemoglobina?
Doctor: Estas se fabrican en el hígado.
Interrogador: ¡Maravilloso! Pero ¿cómo es que todas estas cosas - la sangre, las células, el hígado etc. – se conectan unas a otras tan perfectamente, y cómo es que cada parte cumple su cometido con la tal precisión?
Doctor: Esto es lo que nosotros llamamos de leyes de la naturaleza.
Interrogador: ¿Pero qué quiere decir con las leyes de la naturaleza?
Doctor: A lo que nos referimos con leyes es a las operaciones internas ciegas de las fuerzas naturales y químicas.
Interrogador: Pero ¿por qué es que estas fuerzas siempre producen el mismo resultado? ¿Cómo es que las cosas son reguladas para que los pájaros vuelen en el aire, los peces vivan en el agua y los hombres vivan en este mundo con todos sus asombrosos potenciales y capacidades?
Doctor: No me pregunte por eso. La ciencia sólo me informa acerca de que es lo que pasa, y no responde a la interrogante de porque pasa.
Se hace evidente de estas preguntas hasta que punto la ciencia moderna puede explicar las causas y efectos que controlan este universo. El universo es como una máquina que opera bajo un cobertor, y no sabemos nada sobre ella excepto el hecho que está funcionando. "Pero si retiramos el cobertor, veremos cómo las muchas partes y engranajes de esta máquina se conectan entre si, cómo unas hacen girar a las otras; veremos todos los movimientos de esta máquina. Pero ¿quiere esto decir que nosotros sabemos quién creó esta máquina, sólo con observar el funcionamiento de sus piezas? ¿Cómo puede ser nuestra observación de cómo funciona la máquina la prueba de que esta máquina se origino a si misma y que está funcionando por si sola?"[9]
La naturaleza es una fuerza
Hay aquéllos que dicen que la naturaleza es una fuerza que creó el universo, y que es una fuerza viviente, oyente, vidente, sabia y poderosa… Lo que dicen es correcto por un lado e incorrecto por otro, el error esta en que ellos llaman a esta fuerza de "naturaleza". Esta fuerza creativa e innovadora nos ha enseñado el nombre por el que merece ser llamada, y ése nombre es "Allâh" o Dios. Allâh nos ha enseñado Sus bellos nombres y sublimes atributos, por lo tanto debemos llamarlo por los nombres con los que Él se ha llamado, Exaltado y Elevado sea.
Sus predecesores dijeron algo similar
Aquéllos que le atribuyen la creación a la naturaleza no hacen sino repetir las palabras de sus predecesores. Éstos eran los Dahrîah - los ateos, materialistas - quienes atribuyeron los eventos y fenómenos a Ad-Dahr (el tiempo). Estos observaron que los niños crecen y se hacen adultos, los adultos crecen y se hacen viejos y los viejos mueren con el paso del tiempo y el transcurso de los días, por esta razón le atribuyeron la vida y muerte al tiempo.
(Y dicen [quienes no creen en la Resurrección]: No existe otra vida más que la mundanal, viviremos y moriremos una sola vez, y sólo el transcurso del tiempo es lo que nos hace perecer. Pero en verdad no poseen un conocimiento certero sobre lo que dicen, y no hacen más que conjeturar.) (Corán 45: 24) Esas personas le atribuyeron los eventos y sucesos al tiempo, y estas personas se los atribuyen a la naturaleza de las cosas; ambos se encuentran igualmente desviados.
[8] Az-Zindânî, Kitâb At-Taûhîd, 2/74.
[9] Ûahîd Uddîn Jân, Al Islâm iatahaddâ (El Islam desafia), 29-31; él también cita a varios otros científicos occidentales.