Se encuentra usted aquí

El Verdadero Musulmán Es Amable Con Los Demás Y Los Trata Bien

El verdadero musulmán tiene una buena actitud en sus relaciones con sus semejantes. Él es humilde, suave y respetuoso en sus dichos, siguiendo la guía del Islam y el ejemplo del Profeta (B y P). 

El Profeta (B y P), como su sirviente Anas relató, era ‘el de mejor actitud hacia los demás’[1]. Anas no estaba exagerando, ni permitió que su gran amor por el Profeta (B y P) le permita exagerar. La actitud del Profeta (B y P) que él presenció jamás se había conocido antes. Anas (R) nos cuenta algunos de los aspectos de la noble y ejemplar actitud del Profeta (B y P): 

Yo serví al Mensajero de Allah (B y P) durante diez años, y nunca me dijo ninguna palabra de desprecio. Si yo hacía algo, él nunca me decía: ¿Por qué hiciste tal cosa? Y si yo no hacía algo, él nunca me decía: ¿Por qué no realizaste tal cosa?[2] 

El Profeta (B y P) no usaba un mal lenguaje o insultaba. ‘Abdullah Ibn ‘Amr Ibn Al ‘Âs informó que el Profeta (B y P) reiteradas veces le dijo a sus Compañeros: 

"Los de buen carácter son los mejores de vosotros".[3] 

Y también dijo: 

"Las malas palabras y las charlas frívolas no tienen nada que ver con el Islam. El mejor de las personas es aquel que mejor trata a sus semejantes".[4] 

"Los más queridos por mí y los que estarán más cerca de mí el Día de la Resurrección son los que mejor tratan a los demás. Y los más odiados por mí y los que estarán más lejos de mí el Día de la Resurrección son los charlatanes, los jactanciosos, y los petulantes". Los Saĥâbah le preguntaron: ¡Oh, Mensajero de Allah! Entendemos quiénes son los charlatanes y los jactanciosos, pero ¿quiénes son los petulantes? Él dijo: "Los orgullosos arrogantes".[5] 

Los Saĥâbah (R) oían las nobles enseñanzas morales del Profeta, y veían con sus propios ojos de qué excelente manera él trataba a las personas. Ellos obedecían sus palabras y seguían su ejemplo. Así fue como se estableció una sociedad que nunca ha sido igualada en la historia de humanidad. 

Anas (R) dijo: 

‘El Profeta (B y P) era benévolo. Nadie se presentaba ante él sin recibir una promesa de ayuda que él cumplía si tenía los medios para hacerlo. En una ocasión, se había pronunciado la Iqâmah para la oración, cuando un beduino se le acercó y tomó su manto mientras le decía: Tengo un asunto que resolver y no me quiero olvidar. Entonces el Profeta (B y P) fue con él y lo ayudó con su asunto, luego regresó y dirigió la oración’.[6] 

El Profeta (B y P) no vio nada malo en escuchar al beduino y ayudarle a resolver su problema, a pesar que la Iqâmah ya había sido pronunciada. Él no se fastidió con el hombre porque lo había agarrado de su manto, ni objetó en resolverle su problema antes de la oración, pues él (B y P) estaba edificando una sociedad justa, mientras le enseñaba a los musulmanes con su ejemplo cómo un musulmán debe tratar a su hermano, y les demostraba los principios morales que debían prevalecer en una comunidad musulmana. 

Si los buenos modales entre los no musulmanes son el resultado de una buena y sólida educación, entonces entre los musulmanes tales actitudes buenas vienen, sobre todo, de la guía del Islam que hace que los buenos modales sean una característica fundamental en la vida del musulmán. Ninguna acción contará más en el Día del Juicio que la buena conducta, como el Profeta, (B y P) dijo: 

"Nada pesará más en la balanza del siervo creyente el Día de la Resurrección que el buen trato hacia los demás. Ciertamente Allah odia a aquellos que emplean palabras viles y obscenas".[7] 

El Islam ha hecho que el buen trato a los demás sea una parte esencial de la fe, porque aquellos que tratan bien a sus semejantes son los que tienen una fe completa, como el Profeta (B y P) dijo: 

"Los más perfectos en la fe son aquellos que mejor tratan a los demás".[8] 

El Islam también describe a aquellos que mejor tratan a sus semejantes como los seres más queridos ante Allah entre Sus siervos. Esto se ve en el Ĥadîz de Usâmah Ibn Shuraik, que dijo: 

Nosotros estábamos sentados con el Profeta (B y P) como si hubiese pájaros sobre nuestras cabezas, ninguno hablaba. Algunas personas vinieron y le preguntaron: ¿Quién es el siervo más querido para Allah? Él respondió: "Aquel que mejor trata a los demás".[9] 

No tiene que ser una sorpresa que la persona que mejor trata a sus semejantes sea muy querido para Allah, porque el buen trato es un rasgo importante en la ley islámica. Es el hecho más significante que puede ponerse la balanza del musulmán en el Día del Juicio, como hemos visto. Es equivalente a la oración y al ayuno, las dos más grandes bases del Islam, como el Profeta (B y P) dijo: 

"Ninguna buena acción pesará más en la balanza que el buen trato a los demás. Una actitud buena hacia otros ubicará a una persona al mismo nivel del ayuno y la oración".[10] 

Según otro relato, él (B y P) dijo: "En virtud de su buena actitud hacia otros, una persona puede alcanzar el nivel de aquel que habitualmente ayuna (durante el día) y reza (por la noche)". 

Así el Profeta (B y P) repetidamente dio énfasis a la importancia de la buena actitud hacia los demás, y animó a que sus Compañeros la adoptaran, usando varios métodos para infundirles este principio en sus corazones mediante sus palabras y sus acciones. Él entendió el gran impacto que esta buena actitud tendría en la purificación de sus almas y en sus modales. 

Por ejemplo, le dijo a Abû Dharr (R): 

"¡Oh, Abû Dharr! ¿Quieres que te informe acerca de dos cualidades que son fáciles de lograr y que pesarán mucho en la balanza?" Él le dijo: Por supuesto ¡Oh, Mensajero de Allah! Él dijo: "Tratar bien a los demás y permanecer callado durante mucho tiempo. Por Aquel en Cuyas manos está mi alma, la gente no puede lograr nada mejor que estas dos cualidades".[11] 

Y dijo: 

"La actitud buena hacia los demás es una bendición y el mal carácter es una calamidad. La piedad (Birr) alarga la vida, y la caridad evita una mala muerte".[12] 

Uno de sus ruegos era: 

"Allahumma aĥsanta jalqi fa aĥsin juluqi (¡Oh, Allah! Tú has hecho mi constitución física buena, [te pido que] también hagas bueno mi comportamiento)".[13] 

La súplica del Profeta (B y P), pidiéndole a Allah que haga su actitud mejor cuando Allah lo había descrito en el Corán: {Ciertamente eres de una naturaleza y una moral grandiosa.} [68:4]. Esto es una clara indicación de su profunda preocupación y deseo para que los musulmanes continuasen buscando aumentar las actitudes buenas, no importa el alto grado que ellos hubiesen alcanzado, pues él mismo (B y P) continuó buscando aumentar las actitudes buenas a través de este Du‘â'. El buen comportamiento es un término que incluye todas las características buenas que los seres humanos pueden adquirir, como la modestia, la paciencia, la apacibilidad, el perdón, la tolerancia, la alegría, la veracidad, la fidelidad, la sinceridad, la pureza de corazón, y así sucesivamente. 

El que quiera investigar las enseñanzas islámicas sociales se encontrará con un conjunto de enseñanzas que estimula a cada una de estas nobles actitudes nobles. 

Esto es una indicación de la intensa preocupación que el Islam tiene en la formación de la personalidad social del musulmán de la manera más precisa. Por eso no se limita en mencionar generalidades, sino que también trata cada tema moral menor que puede abarcar los aspectos individuales de la personalidad social integrada. Esto no existe en otros sistemas sociales de la manera que lo hace el Islam. 

El investigador que examine todos estos textos, comprenderá la noble personalidad social del verdadero musulmán. 

Nosotros hemos examinado algunos de estos textos que explican aspectos de la personalidad del musulmán que sigue su religión y cumple con sus obligaciones. De este estudio se desprende claramente que el verdadero musulmán es sincero y fiel, no estafa ni engaña, no traiciona ni envidia, y trata bien a todas las personas. Ahora examinaremos otros textos que definen las características de la personalidad social musulmana en todos sus aspectos.


[1] Transmitido por Al Bujâri y Muslim
[2] Transmitido por Al Bujâri y Muslim
[3] Transmitido por Al Bujâri y Muslim
[4] Transmitido por At Tabarâni, Aĥmad y Abû Ia‘la. Todos sus transmisores son fidedignos
[5] Transmitido por At Tirmidhi, que dijo: Es un Ĥadîz Ĥasan
[6] Transmitido por Al Bujâri en Al Adab Al Mufrad
[7] Transmitido por At Tirmidhi, que dijo: Es un Ĥadîz Ĥasan Saĥîĥ
[8] Transmitido por At Tirmidhi, que dijo: Es un Ĥadîz Ĥasan Saĥîĥ
[9] Transmitido por At Tabarâni. Todos sus transmisores son Riyâl As Saĥîĥ
[10] Transmitido por At Tirmidhi y Al Bazzâr. Sus transmisores son fidedignos
[11] Transmitido por Abû Ia‘la y At Tabarâni en Al Ausat. Los hombres de Abû Ia‘la son fidedignos
[12] Transmitido por Aĥmad. Sus transmisores son fidedignos
[13] Transmitido por Aĥmad. Sus transmisores son Riyâl As Saĥîĥ
Categoria: 

Se encuentra usted aquí