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El Verdadero Musulmán Evita Maldecir E Insultar

Cuando el musulmán adopta esta actitud hacia el enojo (es decir, su enojo sólo es por la causa de Allah), entonces es natural que su lengua se abstenga de proferir maldiciones e insultos. Lo que refuerza esta actitud y le impide hacerlo es su adhesión sincera a la guía moral del Islam que lo desalienta cuando se le ocurre insultar, maldecir o decir malas palabras de tal manera que el musulmán no pueda oír semejantes cosas, y más aún decirlas. 

Abû Mas‘ûd (R) dijo: 

El Profeta (B y P) dijo: "Maldecir a un musulmán es un pecado y asesinarlo es Kufr".[1] 

El Profeta (B y P) dijo: 

"Ciertamente que Allah no ama a quien insulta y es obsceno".[2] 

"Ciertamente Allah se enoja con la persona que insulta".[3] 

"El creyente no es una persona que hiere a otros con sus palabras, maldiciones, o insultos".[4] 

Éstas no son cualidades que benefician al musulmán que ha asimilado las enseñanzas del Islam. Él está lejos de todo esto, y más se aleja cada vez que entiende mejor el excelente ejemplo del Profeta (B y P), quién nunca profirió una palabra en su vida que pudiese ofender los sentimientos de una persona o dañar su honor. 

Anas (R) dijo: 

El Profeta (B y P) nunca usó malas palabras ni maldijo. Cuando quería reprender a alguien decía: "¿Qué le pasa a esta persona? ¡Qué su frente se cubra de tierra!"[5][6] 

Incluso se abstuvo de maldecir a los Kâfirîn (incrédulos) cuyos corazones repudiaban su Mensaje. Él nunca les habló con insultos, como el eminente Saĥâbi Abû Hurairah dijo: Le dijeron: ¡Oh, Mensajero de Allah! Ruega en contra de los Mushrikîn (incrédulos politeístas). Pero él dijo: "No se me envío para eso, sino que fui enviado como una misericordia".[7] 

Abû Hurairah dijo: 

Un hombre bebió vino y fue llevado ante el Profeta (B y P), quién le dijo a la gente que lo azotaran. Entonces algunos de nosotros le empezaron a pegar con sus manos, otro con sus sandalias, y otros con sus mantos. Cuando el hombre se fue algunas personas dijeron: ¡Qué Allah te humille! Entonces el Profeta (B y P) dijo: "No digáis eso. No ayudéis a Shaitân en su extravío".[8] 

¡Qué actitud compasiva y misericordiosa, incluso con los que se equivocaban y desobedecían! 

El Profeta (B y P) se ocupó de cortar las raíces del mal, del odio y de la enemistad en los corazones de sus seguidores cuando le describió a los musulmanes el horrible destino del que da rienda suelta a su lengua calumniando a otros. Él encontrará que todos sus insultos, y ataques empañarán las buenas acciones que pudo haber hecho en su vida, y estará perdido, sin protección alguna del Fuego en el Día del Juicio. 

El Profeta (B y P) preguntó: "¿Vosotros sabéis quiénes están arruinados?" Ellos dijeron: Aquellos que no tienen ni dinero ni posesiones. Él dijo: "El que está arruinado de entre mi Ummah es aquel que en el Día de la Resurrección se presentará habiendo cumplido con la oración, el ayuno y el Zakâh, pero también habiendo insultado, calumniado, devorado la riqueza de otros, derramado sangre, y golpeado. Entonces sus Ĥasanât (buenas acciones) serán dadas a sus víctimas, y los pecados de sus víctimas serán agregados a los suyos, y luego será arrojado al Infierno".[9] 

Por consiguiente, no es sorprendente que todas estas cosas sin sentido se eliminen de la vida del verdadero musulmán. Las disputas y discusiones que pudiesen conducir a maldiciones e insultos son raras en una verdadera comunidad islámica donde los nobles valores morales prevalecen y gobiernan la vida de la gente. 

El individuo en una verdadera sociedad islámica siente que él es responsable por cada palabra que profiere. Si los problemas de la vida lo conducen a algunos de esos argumentos, él controla su temple y sus palabras, recordando lo dicho por el Profeta (B y P): 

"Los insultos que dos personas se dicen se registran como un pecado para quien empezó, a no ser que estuviese defendiéndose".[10] 

Entonces los musulmanes cuidan su lengua y evitan los insultos aun cuando son provocados, y controlan su enojo para no caer en el pecado. También son cuidadosos de no ser agresores. 

Esta actitud del musulmán se extiende incluso al muerto. Él verdadero musulmán no habla en contra de ellos como algunas personas ignorantes lo hacen, aquellos que no sólo se limitan a insultar a los que están vivos sino que extienden su enemistad también hacia los muertos. 

El Profeta (B y P) dijo: 

"No habléis mal del muerto. Ellos ya están obteniendo lo que se merecieron en esta vida".[11].


[1] Transmitido por Al Bujâri y Muslim
[2] Informado por Aĥmad y At Tabarâni. Todos sus transmisores son fidedignos
[3] Transmitido por At Tabarâni. Todos sus transmisores son fidedignos
[4] Transmitido por Al Bujâri en Al Adab Al Mufrad
[5] Es decir: ¡Qué incremente las prosternaciones! [El autor]
[6] Transmitido por Al Bujâri
[7] Transmitido por Muslim
[8] Transmitido por Al Bujâri
[9] Transmitido por Muslim
[10] Transmitido por Muslim
[11] Transmitido por Al Bujâri
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