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El Verdadero Musulmán Evita Sospechar

Otro atributo del verdadero musulmán es que no piensa mal de la gente ni permite que su imaginación haga imputaciones contra la gente inocente. Esto está de acuerdo con las palabras del Corán: 

{¡Oh, creyentes! Evitad sospechar demasiado [de la actitud de los demás], pues ciertamente algunas sospechas son un pecado...} [49: 12] 

El Profeta (B y P) advirtió contra la sospecha que no tiene ningún fundamento. Él dijo: 

"Alejaos de las sospechas, porque son la peor de las mentiras".[1] 

El Profeta (B y P) consideró la sospecha como el más falso de los discursos. El musulmán sincero nunca diría palabras que llevan el hedor de falsedad, entonces ¿cómo va a caer en la trampa de proferir el más falso de los relatos? 

Cuando el Profeta (B y P) advirtió a los musulmanes contra la sospecha y la llamó un discurso falso, estaba indicándoles que consideraran a las personas de acuerdo a lo que éstas manifiestan, evitando especular o dudar de ellas. No es esa la actitud de un musulmán, ni es su misión descubrir los secretos de las personas, exponer sus asuntos privados, o calumniarlos. Sólo Allah sabe lo que está en los corazones de sus siervos, y puede revelarlo o pedirle cuentas por eso, porque sólo Él sabe lo oculto y lo manifiesto. Un hombre sólo conoce de su hermano lo que puede ver. Ésta era la comprensión que tenían los Saĥâbah que recibieron la guía pura y fidedigna del Profeta (B y P). 

‘Abd Ar Razzâq informó de ‘Abdullah Ibn ‘Utbah Ibn Mas‘ûd: Escuché decir a ‘Umar Ibn Al Jattâb (R): ‘Hay personas cuyas verdaderas intenciones se manifestaban de acuerdo al Uaĥi (la revelación) en la época del Profeta (B y P), pero ahora el Uaĥi se ha detenido. Así que juzgamos a las personas por lo que vemos de ellas. Si alguien nos parece bueno confiamos en él y en lo que vemos de sus buenas acciones. Nosotros no indagamos sobre su intención que es algo que conoce Allah. Y si encontramos a alguien realizando el mal no confiamos en él aunque nos diga que su intención es buena’.[2] 

Por eso el verdadero musulmán tiene cuidado con las palabras que dice y con los juicios que formula sobre las personas. Él nunca olvida las palabras de Allah: 

{No hagáis ni digáis nada si no tenéis conocimiento. Por cierto que seréis interrogados en qué habéis utilizado el oído, la vista y el corazón.} [17:36] 

El musulmán cumple esta sabia prohibición. Él no habla excepto con conocimiento, y no forma juicios excepto teniendo certeza. Su horror de cometer el pecado de la calumnia y de la sospecha aumenta cuando piensa en el Ángel que lo observa y registra cada palabra que profiere: 

{No pronuncia palabra alguna sin que a su lado esté presente un Ángel observador que la registre.} [50:18] 

El musulmán que de verdad entiende estas enseñanzas tiembla de temor cuando piensa en la responsabilidad que tiene por cada palabra que dice. Por ello siempre es reservado y prudente en sus dichos, piensa cada palabra antes de decirla porque sabe que estas palabras pueden ponerlo en una situación difícil ante Allah. El Profeta (B y P) dijo: 

"Un hombre puede proferir una palabra que agrada a Allah sin darse cuenta de ello, y Allah se complace de él debido a lo que dijo hasta el día que éste se encuentre con Él. Un hombre puede proferir una palabra que disgusta a Allah sin darse cuenta de ello, y Allah se enojado con él debido a lo que dijo hasta el día que éste se encuentre con Él".[3] 

¡Qué grande es nuestra responsabilidad por las palabras que decimos! ¡Qué serias son las consecuencias de las palabras que nuestras lenguas hablan tan descuidadamente! 

El verdadero musulmán que tiene puro su corazón no escucha las charlas frívolas, ni le presta atención a los falsos rumores y a las calumnias que tan comunes son hoy en día en nuestras comunidades. Por consiguiente, él nunca se permite transmitir cualquier cosa que escucha sin estar seguro sobre la veracidad de la misma. Él cree que hacerlo es una especie de mentira prohibida por el Profeta (B y P): 

"Es suficiente mentira que el hombre repita todo lo que escucha".[4].


[1] Transmitido por Al Bujâri y Muslim
[2] Ĥaiâh As Saĥâbah 2/151
[3] Transmitido por el Imâm Mâlik en Al Muatta''
[4] Transmitido por Muslim
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