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El Verdadero Musulmán Es Un Verdadero Siervo De Allah

El musulmán cree con certeza que su principal propósito en la vida es adorar a su Señor:

{Por cierto que he creado a los genios y a los hombres para que Me adoren.} [51:56]

Adorar y rendirle culto a Allah puede lograrse a través de cada acto del hombre que apunte a construir una civilización, estableciendo la autoridad de Allah en la Tierra y viviendo según Sus preceptos. El reconocimiento de que es un siervo de Allah está profundamente arraigado en el corazón del musulmán, y es el punto de arranque para que a través de sus actos busque ganarse la complacencia de Allah. Así, cada acción que el musulmán hace con intención de hacerla por Allah es un acto de adoración.

El acto de adoración más importante que los musulmanes pueden realizar es esforzarse por establecer la ley de Allah en la Tierra y seguir el modo de vida que Él ha prescrito, para que el Islam gobierne la vida del individuo, la familia, la comunidad y la nación.

El musulmán sincero siente que su adoración es deficiente si no se esfuerza por lograr el propósito por el cual Allah creó a los Yinn y a los humanos, es decir establecer la suprema autoridad de Allah en la Tierra para que la humanidad Le pueda rendir culto y adorar como corresponde:

{Por cierto que he creado a los genios y a los hombres para que Me adoren.} [51:56]

Así es como el verdadero significado de ‘La ilâha illa Allah, Muhammad rasûl Allah’ pueda implementarse en esta vida.

Con este claro entendimiento sobre la realidad del culto en el Islam, el musulmán no puede ser sino una persona con una misión definida, una misión que apunta a establecer la ley de Allah en todos los aspectos de la vida. Su Islam no puede estar completo a menos que él se comprometa con la responsabilidad de cumplir esta misión, esforzándose siempre con sinceridad. Esta es la misión que le da al musulmán un verdadero sentido de pertenencia al Islam, y es lo único que lo hará pertenecer a las filas de los creyentes, los combatientes por la causa de Allah, y su vida tendrá un significado: Cumplir con su papel de Jalîfah en esta Tierra, dado que Allah lo ha preferido por encima de la mayoría de Su creación:

{Por cierto que hemos honrado a los hijos de Adán, les hemos facilitados los medios para transitar por la Tierra y por el mar; les hemos proveído de cosas buenas y los hemos preferido por encima de muchas otras criaturas.} [17:70]

No nos sorprende ver que el musulmán sincero cumple esta misión con alegría, y ávidamente consagra todos sus recursos -su tiempo, su energía y su riqueza- para cumplirla. Ésta es la característica que lo distingue en su vida, mediante la cual se aproxima más a Allah. Sin ella, su vida no tiene ningún sentido; y no hay ninguna garantía de ganarse la complacencia de Allah, excepto consagrando constantemente los esfuerzos para lograr esta misión. Esforzarse por establecer la ley de Allah en la Tierra es la forma de adoración más grandiosa que el musulmán puede emprender, debido a que lo acerca más a Allah y se hace merecedor de obtener Su complacencia. Por eso el musulmán se esfuerza continuamente por hacer realidad esta meta. Es fiel a esta causa, no lleva ningún estandarte excepto el del Islam, y sólo se adhiere a los principios de esta religión.

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