La Economía Islámica
Niegan algunos orientalistas que para el Islam como legislación sea un sistema económico conocido, junto a ellos comparten esta opinión algunos discípulos de investigadores orientales. Este es el secreto de que permanezca el mundo islámico, a pesar de recobrar su independencia, girando en la órbita de la economía occidental, por ello los responsables están convencidos de esta opinión y por cualquier otra idea que provenga de allí, por creer que es una idea basada en investigación científica y técnica.
Sin duda alguna, esta opinión es errónea, bien es producto de la ignorancia o bien intenciosa, en ambos casos los escritores musulmanes que se inclinan por seguir estas opiniones erróneas son culpables por el hecho de no consultar las fuentes Islámicas que son el objetivo confiable de donde han de sacarse estas cuestiones, sino que se detuvieron a coger lo que les presentó los escritores extranjeros con todo su contenido insuficiente y deformado.
En realidad la Legislación Islámica dio a la economía una importancia especial y le asignó normas y leyes haciendo de ello un sistema autónomo, caracterizándola con las marcas que coinciden con el espíritu de la justicia y la protección del bien común que es una virtud que caracterizó la legislación Islámica en todas sus facetas.
Una de las características más importantes de la economía es su prohibición a los tratamientos usureros en todas sus formas y sinónimos, como intereses y ganancias etc..., considerando que el préstamo se efectúa en caso de debilidad, cargando a los débiles con la usura, esto es una explotación y el enriquecerse a costa del pobre prestatario. Esto se refiere a los préstamos de consumición, en cuanto al préstamo de inversión, el prestatario debe de ser socio tanto en ganancias como en pérdidas, sino fuese así se convertiría como explotador de los esfuerzos del prestatario agotándole y conduciéndole a la banca rota; en cambio el capitalista conserva todos sus derechos cualesquieran que fuesen las circunstancias, todo esto se contrapone a lo que debe de ser la relación del hombre con su hermano, compasión, misericordia y benevolencia.
Otra característica es la prohibición de monopolios, bien sea el monopolizador una sola persona o un grupo, lo cual conduce al dominio de las materias utilizando la producción monopolizada según su conveniencia perjudicando al consumidor, por ejemplo la subida de los precios; o, comercializarlo en aquellas partes donde se produce mayor beneficio y produciendo escasez en aquel lugar donde se originó la producción, es aquí pues, donde su nacionalización, que casi siempre conduce a sacar beneficio para la autoridad nacionalizadora. Ahora bien, si la materia tiene un precio libre no afectaría al consumidor, pero con la nacionalización el consumidor se ve obligado a restringir su consumo. Burlándose de los ciudadanos se denominan estos sistemas como socialistas.
Otra característica es la prohibición del fraude y el timo. Sobre esta característica entran otros detalles que están aclarados en los libros de la jurisdicción Islámica y todo gira a negar el perjuicio de los demás en los tratamientos financieros, comerciales, etc...
Otra característica es la protección a la propiedad privada, bien sea dinero líquido, bienes inmuebles o terrenos cultivables etc... ya sean grandes o pequeños. Su adquisición siempre ha de venir confirmada por la legislación, en esto se diferencia la Legislación Islámica con respecto a la propiedad de otra legislación que la adquiere sin derecho: la Legislación Islámica protege aún con dudas.
Partiendo de la base de que el dinero es el motor del trabajo en todos los sistemas económicos, el legislador le prestó una atención relevante dándole mayor importancia; organizó los medios de ganarlo y mantenerlo; rigió con unas normas que lo controlasen intentando favorecer al bien común. Nos basta indicar aquí aquellos libros que fueron escritos al respecto como el de «Al Jarach» de Abijosef; el de Yahia Ben Adam; y de Qudama el libro del «dinero» de Abi Ubaid entre otros, quizás son los primeros que fueron escritos de su clase.
También hay otros que fueron escritos por cuestiones ascesorias como la numismática [1] y las casas donde se acuña la moneda, sus leyes[2] y la letra de cambio que son los giros financieros. (SAK) de aquí se saco la palabra cheque que es de origen árabe, esto nos da la prueba de la originalidad del sistema económico del Islam y su globalidad.
Hoy día se estudia la Economía Islámica como asignatura independiente en algunas Universidades de Oriente: antes se estudiaba y aún se estudia dentro de las reglas de tratamiento en cualquier Instituto Islámica. Pronto abrirá el Banco Internacional Islámico sus puertas para tratamientos bancarios sin intereses en algunas capitales árabes.[3]
En Dubai efectivamente se construyó un Banco Arabe basándose en estas reglas. En Ahmad Abad (India) anunció la cooperativa Islámica no usurera el éxito completo de ese experimento.[4]
Aquí replicamos a quienes niegan la existencia de una economía Islámica y a aquellos que digan que el progreso económico está pendiente por el sistema capitalista usurero.
Si la primera afirmación no merece la pena escucharla por no tener fundamento alguno, la segunda puede que se deduzca aquellos que no tienen conocimiento en las realidades de las cosas por lo que hemos de detenernos un poco para verificarla y dilucidar sus errores, confusiones y su controversia a la realidad, y revelar el contenido por seguir a la subordinación impuesta a la economía Islámica Occidental.
Lo más acertado es hacer una réplica contra esta afirmación, porque nuestra economía tuvo su mayor florecimiento y progreso cuando se encontraba en auge la civilización Islámica en Damasco, Bagdad, Córdoba. Kairawan, Egipto y Fez: el eje de intercambios comercial y financiero y productos industriales, se centraba en estas capitales y el mundo estaba subordinado a ellas; incluso fueron el motivo de las cruzadas, teniendo la forma aparente de la enemistad religiosa, pero su auténtico motivo era dominar las fuentes de los recursos y librarse de la subordinación económica de Orientes[5] y continuó la resistencia contra el dominio económico islámico sobre Occidente incluso después de haber terminado las cruzadas. Lo más importante de estos acontecimientos fue el descubrimiento del Cabo de Buena Esperanza para llegar a la India, ya no dependían de los medios Islámicos de transporte y comercio Internacional.[6]
Para imaginar los enormes ingresos del Estado sólo hace falta saber las reservas sobrantes una vez pagados todos los gastos públicos de defensa y demás servicios estatales, se dan algunos ejemplos de esas reservas y nos indican a lo que llegó la riqueza en los países islámicos en aquel entonces, en abundancia y solvencia, vienen estos ejemplos en el libro de los «ministros» cuyo autor es Al-Sabi y nos menciona la reserva de la banca que dejó Aarón El Rachid cuando murió, se cifraba la cantidad de 48.000 x 1.000 dinares, Al Mutaded cifraba 9.000 x 1.000 dinares; Al Muktafi 14.000 x 1.000 dinares.[7] Otro ejemplo es el de los ingresos de la banca del estado de Córdoba en la época de los Muruaníes en la casa de monedas por las contribuciones, 200.000 dinares al años.[8] En Marruecos en la ciudad de Agmat en los siglos tercero y cuarto de la Hégira se caracterizaba con un movimiento comercial grande, y sus habitantes eran muy ricos y solventes incluso pusieron en sus puertas unas señales anunciando la cantidad de sus haberes [9] como hoy en día se ve en las grandes empresas y bancos.
En el siglo décimo, la casa de moneda del sultán Ahmad Almansur Al Dahabi contenía 1.400 martillos para acuñar el dinar del oro resplandeciente.[10]
Todas estas cantidades mencionadas son a título de ejemplos, ya que si los comparamos con las monedas actuales ascendería su valor a más de decenas de centenares por ciento como es evidente. Por tanto sabemos la enorme prosperidad que vivían los musulmanes junto con los fieles de otras religiones, sectas y minorías, todo esto es el indicio que nos indica la grandeza de las riquezas nacionales y la renta percápita y la prosperidad donde disfrutaba la sociedad islámica; esto se nos refleja en los cuentos de "Las Mil y Una Noche" que se convirtió en dichos de esta riqueza, en cuanto a Oriente y lo que ocurrió de boca en boca fue alabar la vida holgada de los habitantes de Granada y su bienestar; esto respecto a Occidente.
Es digno mencionar que en aquellas realidades no hubo ningún vestigio de usuras y nuestros antepasados que vivieron y disfrutaron sus bienes no conocían nada de la usura salvo lo que estudiaron en la ilicitud del trato con ella, destrozando aquello que fue ganancia de usura sin intención, por una operación o cualquier forma de tratamiento. Llegó tanto su empeño en purificar sus tratamientos y negocios que mandaban expulsar a quien desconocía las reglas de compraventa en sus mercados, por miedo a mancharse lo más mínimo con la usura.[11] ¿Acaso esto fue obstáculo de que no floreciese su economía llegando a tanto crecimiento y extensión?
Y... ¿por qué vamos tan lejos si tenemos aquí los países socialistas que prohibieron el tratamiento con usura determinantemente?, que nadie diga que su economía se arruinó por eso y no está en progreso. Uno de estos países socialistas compite al mayor país del mundo el cual basa su economía en el sistema capitalista con sus usuras y monopolios y casi le supera en el campo de la Ciencia y Descubrimiento, especialmente en los productos de guerra e invasión del espacio. Es una vergüenza para nosotros los musulmanes que lleguemos a conocer la genialidad de nuestra legislación y la autenticidad de nuestra religión a través de quien no cree en ellas y no dejan escapar ninguna oportunidad en combatirla, además es triste decir a los partidarios del capitalismo quienes propagan la usura diciendo que es imprescindible para la economía moderna haciéndoles ver el fracaso de sus afirmaciones mostrándole el gran florecimiento y crecimiento de la economía socialista.
La prohibición del Islam de la usura, bien sea mucha o poca, pretende llegar a una meta humana y noble que es la no explotación del hombre para con su hermano ya sea de su misma raza o de otra, además para reconstruir una sociedad ideal basada en la cooperación y convivencia y el alejamiento las causas que conducen a la enemistad y rencor, por esto se sustituyó la usura por el crédito que se compartirán tanto los beneficios como las pérdidas si existen, y que la parte que da el dinero no se apropie de los beneficios obtenidos ignorando lo que corresponde a la otra parte que lo recibe, como en el caso de la usura.
Esta meta no fue buscada en ninguno de los dos sistemas, socialistas y capitalistas. En el sistema capitalista está clara su estructura basada en contabilidades exactas y cálculos probables donde no dudamos que se instauraron a favor del capitalista y para su interés particular, sin tener en cuenta aquellos daños que afectasen al deudor ni por las consecuencias que derivan de sus obligaciones como si el poeta al decir "Las calamidades de unos son beneficios para otros". Quería describir la postura de las dos partes contratadas en la usura. En cuanto al sistema socialista al ver los grandes intereses que recaudan los capitalistas y los bancos en su sistema a través de los tratamientos de la usura la transfirió para él y a su cuenta al nacionalizarse los bancos y al prohibir el trato con usura determinantemente ya bien entre individuos entre sí, entre instituciones financieras como bancos etc... o entre la gente. No aspiraba a la misma meta que aspiraba el Islam ni tenía empeño para el bien común, se le puede aplicar este refrán:
"Procuró el bien, sólo pensando en él".
Aclarando esto con una expresión sencilla de que la idea de los bancos estaba basada en construir (por parte de un grupo de capitalistas o uno solo) un banco con un dinero determinado rigiéndose por las leyes establecidas, todas están a favor de los propietarios del banco y gozando con la protección del estado y la justicia. Si fuese su capital unos 100 millones por ejemplo y sus depósitos otros 100 millones como mínimo, si se invierte todo este dinero sólo en préstamos, se multiplicaría para los propietarios del banco varias veces su capital inicial, sabiendo que los intereses que conceden a los depositarios no supera el 1 ó 1.5% y para los prestatarios le grava como mínimo un 10% de interés, ¿cómo sería si fuese más?, esto sin considerar las otras inversiones, que dejarían muchos más beneficios.
Así que lo que se llevaban un grupo determinado de los intereses de los Bancos en el sistema capitalista ahora se lo lleva el estado en el sistema socialista, esto si les dejaran a los depositarios alguna cantidad sino sería más cruel y amargo.
Existe semejanza entre los bancos y las compañías de seguros incluso obtenían beneficios sin exponer capital, ya que las peticiones de seguros vienen interrumpidamente, pero nadie sabe si podrían responder al desconocer si tienen fondos o no, sólo se ve su escaparate y las instalaciones administrativas: y cuando llega el momento de indemnizar al asegurado llegaría a haber demora v regateos saliendo del agujero de la aguja. Así se representa la explotación de esas compañías a sus necesitados clientes en sus peores formas; por lo que el Islam prohibió todo tipo de seguros y no permite nada más que seguros cooperativos donde no existe explotación ni usura.
El enriquecerse sin límite a costa del pobre prestatario, aunque parezca rico, es la única meta de la usura peligrosa en todas sus formas, si se reduce, este peligro solamente en enriquecerse la cosa sería menos grave. Pero recordemos las consecuencias derivadas del aumento de los intereses del préstamo y que cada vez el prestatario se encontrarían incapaz de abonar lo que debe, luego vendrían los juicios... confiscaciones y banca rota. Como habíamos mencionado anteriormente las normas, disposiciones y sentencias están a favor del capitalista protegiéndole.
Sin ánimo de entrar en detalles ni utilizar tecnicismos, lo cual concede el derecho al capitalista en este tratamiento podrido, señalamos aquí que la usura, bien mucha o poca no se separa de este resultado. Se equivocan aquellos islamistas que se basaron en esta sagrada aleya:
“¡Oh creyentes no ejerzáis la usura multiplicando los intereses” [12]
El Islam vedó la usura ya sea poca o mucha confirmándolo con otras aleyas que dicen:
"Dios consiente la atiyyara (Compra-venta) y veda la usura” [13]
Lo vedó sin limitarlo en mucho o poco y así como dijo Dios:
“Oh creyentes temed a Dios y abandonar lo que aún os resta de la usura si sois fieles” [14]
Puso como condición de fiel abandonar todo lo que corresponde a la usura.
En cuanto a la mención de la multiplicación de intereses en la aleya, es a título de repugnar este tipo de usura y no porque otros tipos estén permitidos, esta aleya es semejante a otra que dice:
“No matéis a vuestros hijos por temor a la miseria”[15]
o “temiendo a la miseria”[16]
Esta aleya no significa que esté permitido matar a sus hijos por ningún otro motivo.
La usura entra en debilitación en todas las formas, de demora semejantes.[17]
En Tánger hubo una casa de empeño de un extranjero que cobraba de intereses una piastra (medio dirham) mensual en cada real y cada real consta de 20 piastras por lo que le corresponde un 60% anual, la mayoría de las veces se declara vencido el plazo de la prenda empeñada, vendiéndola por cualquier precio y sacando grandes beneficios de ello. Fíjate en lo estúpido de este plan que aparentemente alentaba a los necesitados a empeñar sus cosas, y como se iban multiplicando al final llegaba a ser esto la ruina de muchas familias.
Como vimos en el ejemplo anterior que la usura no se reduce al préstamo sino que entra en muchos tratamientos, por esto los jurisprudentes prohibieron la simultaneidad entre el contrato de compra-venta, préstamos, permuta, sociedades, remuneración, aparcería, préstamos compartidos de beneficios y contratos matrimoniales, porque se contradicen con sus reglas, ya que el préstamo se da por benevolencia: la permuta está condicionada por el cumplimiento de lo establecido; las sociedades son contratos entre los socios, entre su capital y sus ganancias; la remuneración es un contrato que no produce obligación; la aparcería, contrato o convenio de los que van a la parte en una finca rústica: el préstamo con partición del beneficio es un contrato que se produce desconociendo sus beneficios, y el contrato matrimonial basado en el respeto y consideración por lo que es distinto a los demás contratos.
Y todo esto está basado en el Hadiz “Ni perjuicios ni represalias”[18], donde se rigen todas las reglas de la legislación Islámica como dicen los ulemas. Y contempla en las distintas ramas que incorporaron los jurisprudentes en el capítulo de la usura, como vender dinero por dinero, comida por comida con demora en términos absolutos y sin demora si se consideran de la misma especie pero dando más por menos cantidad. Además contempla las pequeñas diferencias entre algunas cuestiones como el poder aprovecharse de la cosa pignorada, si fuese la deuda por motivo de compra-venta no de préstamo porque está prohibido el beneficio producido por préstamo.
Así vemos que las reglas de tratamientos en el Islam toman precauciones guardando los derechos e instaurando la balanza de justicia para que no prevalezca una parte sobre otra parte, haciendo prohibir todos los tipos de fraude, timo, perjuicios y explotación.
Además están vedados los juegos de azar, entre ellos la lotería, porque son timos que conducen a la ruina como es sabido y el ganador es quien se come el dinero de la gente sin derecho y todo aquel que tiene moral y religión ha de rehusar todo esto; y como se basa la política de la nación y la estructura de la sociedad y se centra en el dicho de Ozmán Ben Afan, (Dios esté complacido con él): Dios impone por la autoridad lo que no impone por el Corán. Aquí el legislador islámico no dejó esas normas para que la gente actúe como le convenga sino que prescribió las normas que se han de seguir sin dejar huellas de confusión ni concesión alguna pretendiendo con esto conservar los derechos e instaurar la balanza de justicia entre la gente teniendo en cuenta la educación moral inclinándose a la parte humana no habiendo ley buena si se desentiende de esa parte.
A partir de aquí aparece la gran distancia entre el sistema Islámico y los otros sistemas, vemos en el sistema capitalista que ignora la parte de la moral y sólo se preocupa del interés del individuo que está presentada por ganancias sin límites, atraídas por los tratamientos usureros protegidos por las normas de codicia y por el poder de la ley.
El sistema socialista ignora la cuestión de la moral ya que interpreta la vida con todo su contenido, incluyendo la economía, dando una interpretación de la vida materialista y extiende su mano de un modo injusto sobre los bienes de la gente y su voluntad.
El sistema Islámico se caracteriza por la misericordia, compasión y clemencia combatiendo la explotación en todas sus formas, alejando de la injusticia, inocuidad del necesitado, del deudor y del apurado, viéndolo desde un punto de vista humano, donde inhibe entre él y la subjección por parte del poderoso que se apoya en su dinero y en sus partidarios, sin dejar ningún camino para llegar a él.
Por esto vivieron los musulmanes en una sociedad caracterizada por la hermandad, afecto y purificación, no se conoció lucha de clases ni feudalismo, porque esas luchas son originadas por las apropiaciones y explotaciones y la subjección de los débiles a favor de los opulentos y todo esto nunca se sucedió en la historia del Islam ni fue establecido por los musulmanes porque los ulemas y reformadores estaban al acecho de cada tirano que pensase en su interior apartarse de la legislación de Dios, e intentase el dominio y sometimiento de las masas populares queriendo confiscar su dinero sin derecho, incluso no aceptaron en ningún momento el impuesto de los mercados llamados derecho de aduanas, muchas veces se sublevaron estas masas inducidas por los ulemas consiguiendo anular este impuesto.
En el precepto del Zakat tenemos la mejor prueba del empeño del Islam convergiendo las diferencias de clases entre ricos y pobres. Además está el precepto del deber colectivo que cubre la necesidad de las clases débiles, en alimentación, vestimenta y vivienda, incluso llegan a enterrar a sus muertos. Este precepto tiene prioridad en su cumplimiento para la autoridad sino pasaría a la colectividad de los musulmanes y si no lo hiciesen así se verían culpados.
Esto no tiene nada de asombro ya que el Islam es el mensaje del cielo que trajeron los profetas y enviados del seno de Dios glorificado y majestuoso sea y fue apoyado por los sabios y reformadores de todas las naciones y pueblos. En cuanto a las normas que combaten el Islam están impuestas por los corredores de la política y los dirigentes del monopolio y los usureros judíos y aquellos que tienen sus mismas normas en adorar el dinero y perturbar las conciencias y la moral. ¡Cómo puede haber comparaciones entre unos y otros, entre el cielo y la tierra!
Quizás cuando quisiéramos dilucidar que la economía Islámica que es una realidad estable e indiscutible, hemos llegado a dilucidar que es una economía ejemplar que no descenderá al abismo de explotación y chantajismo que caracteriza las dos economías adversarias del capitalismo y del socialismo, porque asciende por encima de éstas y es insuperable.
Que se callen aquellos que no reconocen su existencia y que tengan vergüenza aquellos que pertenecen al Islam donde digan que son socialistas económicamente y no doctrinalmente, en cuanto a aquellos que alucinan que no hay florecimiento para nuestra economía a no ser por seguir los métodos de Occidente (Instauración de los bancos usureros) y esperemos de aquellos que han dejado esas alucinaciones y que tienen como alternativa el banco islámico que se está extendiendo hoy en los países árabes.