EL PASO HACIA EL PARAÍSO: La Esperanza En Dios
EL PASO HACIA EL PARAÍSO
Dichos De Muhammad El Enviado De Dios El-Imam Al-Nawawi |
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CAPÍTULO 47
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La Esperanza En Dios
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Dios -alabado sea- dice: Y, Dios -alabado sea- dice: Y, Dios -alabado sea- dice: Y, Dios -alabado sea- dice: 246. U'bada Ibn Al Samit (que Dios esté complacido de él) narró que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Aquel que haya ofrecido su testimonio de que no hay más divinidad salvo Dios Uno y Único, sin copartícipe alguno; de que Muhammad es el siervo y Enviado de Dios; que Jesús es el siervo y Enviado de Dios, Su palabra y Su Espíritu puestos en María, y que tanto el Paraíso como el Fuego son dos verdades; entonces, Dios le hará entrar en el Paraíso, sean lo que fueran sus obras". 247. Yaber (que Dios esté complacido de él) narró que un beduino preguntó: ¡Oh Enviado de Dios!. ¿Cuáles son las dos sentencias en firme?. Respondió: "El que muera sin que haya asociado nada ni nadie con Dios, entrará en el Paraíso; y, aquel que muera asociándole algo o alguien a Dios, entrará en el Fuego". 248. Anas (que Dios esté complacido de él) narró que, en cierta ocasión, Mu'az iba detrás del Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) en su montura, cuando le dijo: "¡Mu'az!" 249. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró que, durante la expedición de Tabuk, los alimentos eran tan escasos que mucha gente sufría hambre. Así que algunos dijeron: ¡Oh Enviado de Dios! ¿Nos concedes permiso para sacrificar a nuestros camellos?. De este modo, podríamos comer su carne y utilizar su grasa. 250. I'tban Ibn Malek (que Dios esté complacido de él) narró: Estaba encargado de dirigir las oraciones en mi gente, los Banu Salem, pero cuando llovía me era difícil atravesar el pequeño valle que separaba mi casa de la mezquita. Así que vine al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios san con él), se lo conté y le pedí: "Me gustaría que vinieras y rezaras en algún sitio de mi casa para utilizarlo como mezquita, pues me está fallando la vista y no me encuentro capaz de cruzar el valle que separa mi casa de la mezquita donde reza mi gente". 251. U'mar Ibn Al Jattab (que Dios esté complacido de él) narró que en cierta ocasión, llegó a Medina acompañado de cautivos. Entre ellos había una mujer que buscaba angustiada a su pequeño hijo y cuando lo encontró lo abrazó y lo amamantó. Fue entonces cuando el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: ¿Podríais creer que esta mujer sería capaz de tirar a su hijo al fuego?. Respondimos: ¡No! ¡Por Dios!. 252. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró: He oído al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) decir: "Dios dividió la misericordia en cien partes y retuvo a noventa y nueve partes, haciendo descender tan solo una parte a la tierra. De esta parte emana toda la compasión con que la oración entera aplica entre sí. Es tanta esta compasión que incita al animal a que levante bien la pezuña para no causar daño a su crío". 253. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró que el Profeta la paz y las bendiciones de Dios sean con él) transmitió de su Señor -alabado y ensalzado sea- que: "Un siervo cometió una falta y, dijo: "¡Señor! Perdona mi falta" y Dios -alabado y ensalzado sea- dijo: "Mi siervo ha cometido una falta, pero ha reconocido que tiene un Señor que perdona y castiga las faltas". 254. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "¡Juro por Quien tiene mi alma en Su poder! si no cometierais faltas, Dios os reemplazaría por otro pueblo que cometiera faltas y pidiera perdón a Dios -alabado sea- quien los perdonará". 255. Jaled Ibn Zaid (que Dios esté complacido de él) narró que había oído al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) decir: "Si no estuvierais cometiendo faltas, Dios hubiera creado a otro pueblo que cometiera faltas y, acto seguido, pidiera perdón; y Dios le perdonará". 256. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró: En cierta ocasión, estuvimos sentados en compañía del Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él). Entre nosotros se encontraban Abu Bakr y U'mar (que Dios esté complacido de ambos). 257. Al Baraá Ibn A'zeb (que Dios esté complacido de ambos) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Si el musulmán fuera interrogado, en la tumba, y ofreciera su testimonio de que no hay otra divinidad salvo Dios y que Muhammad es el Enviado de Dios; esto sería la explicación de las Palabras de Dios: "Dios confirmará a quienes creyeron y tuvieron fe en la palabra inequívoca, tanto en esta vida mundana como en la vida del Más Allí". 258. Anas (que Dios esté complacido de él) narró que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Cuando un incrédulo hace una buena obra, será recompensado con el sustento de esta vida; mientras que al creyente, Dios le preservará sus recompensas para la vida del Más allí y le concederá el sustento en esta vida por su obediencia". 259. Yaber (que Dios esté complacido de él) narró que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Las cinco oraciones diarias se parecen a un río profundo que fluye por delante de la puerta de uno, en donde se lava cinco veces al día". 260. ibn Abbas (que Dios esté complacido de ambos) narró que había oído al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) decir: "Siempre que muera un musulmán y asistan a su funeral cuarenta hombres que no asociaran nada ni nadie con Dios, Dios aceptará sus intercesiones por él". 261. Abu Musa Al Ach'arí (que Dios esté complacido de él) narró que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo. "En el Día del Juicio, se le entregará al musulmán un judío o un cristiano y se le dirá: ¡Este es tu rescate del Fuego!". 262. Abu Musa Al Ach'arí (que Dios esté complacido de él) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Cuando Dios desea conceder Su misericordia a una nación, cobrará la vida de su Profeta antes que a ella, adelantándole como intercesor. Pero si desea la perdición de una nación, la castigará mientras su Profeta se encuentre con vida. Así, verá con satisfacción la perdición y destrucción de su nación, por haberle desmentido y desobedecido". |
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Selección y Prologo: Prof. Dr. M.M Al-Azami Traducción de texto: Ahmed M. Safi |