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EL PASO HACIA EL PARAÍSO: La Esperanza En Dios

EL PASO HACIA EL PARAÍSO
Dichos De Muhammad El Enviado De Dios
El-Imam Al-Nawawi
CAPÍTULO 47
La Esperanza En Dios

Dios -alabado sea- dice:
"Diles: "¡Oh siervos Míos, que habéis cometido excesos en detrimento de vuestras propias almas!. ¡No perdáis esperanza alguna acerca de la misericordia de Dios. Dios perdona todos los pecados. Ciertamente, es el Indulgente, el Misericordioso". El Sagrado Corán (39:53)

Y, Dios -alabado sea- dice:
"¿Acaso retribuimos -de este modo- sino al desagradecido!". El Sagrado Corán (34:17)

Y, Dios -alabado sea- dice:
"Se nos ha revelado que el castigo caerá sobre aquel que ha desmentido y rechazado". El Sagrado Corán (20:48)

Y, Dios -alabado sea- dice:
"Mi misericordia abarca, absolu­tamente, todo". El Sagrado Corán (7:156)

246. U'bada Ibn Al Samit (que Dios esté complacido de él) narró que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Aquel que haya ofrecido su testimonio de que no hay más divinidad salvo Dios Uno y Único, sin copartícipe alguno; de que Muhammad es el siervo y Enviado de Dios; que Jesús es el siervo y Enviado de Dios, Su palabra y Su Espíritu puestos en María, y que tanto el Paraíso como el Fuego son dos verdades; entonces, Dios le hará entrar en el Paraíso, sean lo que fueran sus obras".

247. Yaber (que Dios esté complacido de él) narró que un beduino preguntó: ¡Oh Enviado de Dios!. ¿Cuáles son las dos sentencias en firme?. Respondió: "El que muera sin que haya asociado nada ni nadie con Dios, entrará en el Paraíso; y, aquel que muera asociándole algo o alguien a Dios, entrará en el Fuego".

248. Anas (que Dios esté complacido de él) narró que, en cierta ocasión, Mu'az iba detrás del Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) en su montura, cuando le dijo: "¡Mu'az!"
Respondió: "¡Heme aquí, a tu disposición, Oh Enviado Dios!". Y lo repitió así por tres veces.
El Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Todo siervo de Dios que ofrezca, con devoto y sincero corazón, el testimonio de que no hay otra divinidad salvo Dios, y que Muhammad es Su siervo y enviado, Dios le salvará del Fuego".
Mu'az preguntó: ¡Oh Enviado de Dios! ¿Podría anunciarlo entre la gente?.
Respondió:   "¡No! porque se volverían más confiados".
Un poco antes de morir, Mu'az relató este episodio, temiendo faltar al deber de informar.

249. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró que, durante la expedición de Tabuk, los alimentos eran tan escasos que mucha gente sufría hambre. Así que algunos dijeron: ¡Oh Enviado de Dios! ¿Nos concedes permiso para sacrificar a nuestros camellos?. De este modo, podríamos comer su carne y utilizar su grasa.
El Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) respondió: "¡sí! Hacedlo". En esos momentos, se acercó U'mar diciendo: "¡Oh Enviado de Dios! Si les das este permiso, nos quedarán muy pocas monturas. ¿Por qué no les mandas traer lo que queda de sus alimentos, y luego imploras a Dios Su bendición sobre ellos? Quizás ponga Dios en ello Su bendición".
El Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "¡sí, así lo haré!”
Luego, mandó traer un mantel de cuero, lo extendió en el suelo y ordenó que se traigan los alimentos que quedaban.
Un hombre trajo un puñado de maíz; otro un puñado de dátiles y otro, un pedazo de pan... Pero, con todo lo reunido, la comida era muy escasa.
El Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) imploró a Dios Su bendición sobre los alimentos y, dijo: "¡llenad vuestros recipientes!". La gente comenzó a llenar los recipientes hasta el punto de no quedar en todo el campamento un solo recipiente vacío. Comieron hasta saciarse y sobró bastante comida.
Entonces, el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Doy testimonio de que no hay otra divinidad salvo Dios, y que soy el Enviado de Dios. Cualquier siervo de Dios que pronuncie este testimonio, con plena fe en ello, Dios no le negará el Paraíso".

250. I'tban Ibn Malek (que Dios esté complacido de él) narró: Estaba encargado de dirigir las oraciones en mi gente, los Banu Salem, pero cuando llovía me era difícil atravesar el pequeño valle que separaba mi casa de la mezquita. Así que vine al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios san con él), se lo conté y le pedí: "Me gustaría que vinieras y rezaras en algún sitio de mi casa para utilizarlo como mezquita, pues me está fallando la vista y no me encuentro capaz de cruzar el valle que separa mi casa de la mezquita donde reza mi gente".
El Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "¡Sí, lo haré!".
A media mañana del día siguiente, llegó el Enviado de Dios en compañía de Abu Bakr, pidió permiso para entrar en casa y se lo concedí. Antes de sentarse, me preguntó: ¿En qué lugar de tu casa te gustaría que hiciera la oración?. Le indiqué el sitio donde quería que rezara. El Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con el) se levantó y pronunció: "Dios es el Supremo" iniciando la oración, al tiempo que nos colocábamos detrás de él. Rezó dos rak'at y dio el saludo final, haciendo nosotros lo mismo.
Más tarde, le invité a comer Jazira preparada en casa. La gente del barrio se enteraron de que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) se encontraba en mi casa, y comenzaron a afluir. Alguien preguntó: ¿Dónde está Malek que no le veo?
Pero otro hombre dijo. "Este no es más que un hipócrita, que no ama a Dios ni a su Enviado". Fue entonces cuando el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "¡No digas esto! ¿¡Acaso no sabes que ofreció su testimonio de que no hay otra divinidad salvo Dios, buscando con ello la complacencia de Dios!?”.
Aquel hombre respondió: "¡Dios y Su Enviado saben más! Pero, juro por Dios, que su cariño y sus conversaciones no son sino con los hipócritas". Pero el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Dios ha salvado del Fuego a quien testimonie de que no hay otra divinidad salvo Dios, buscando con este testimonio Su complacencia".

251. U'mar Ibn Al Jattab (que Dios esté complacido de él) narró que en cierta ocasión, llegó a Medina acompañado de cautivos. Entre ellos había una mujer que buscaba angustiada a su pequeño hijo y cuando lo encontró lo abrazó y lo amamantó. Fue entonces cuando el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: ¿Podríais creer que esta mujer sería capaz de tirar a su hijo al fuego?. Respondimos: ¡No! ¡Por Dios!.
Dijo: "Pues, Dios es más misericordioso con Sus siervos que esta mujer con su propio hijo".

252. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró: He oído al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) decir: "Dios dividió la misericordia en cien partes y retuvo a noventa y nueve partes, haciendo descender tan solo una parte a la tierra. De esta parte emana toda la compasión con que la oración entera aplica entre sí. Es tanta esta compasión que incita al animal a que levante bien la pezuña para no causar daño a su crío".

253. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró que el Profeta la paz y las bendiciones de Dios sean con él) transmitió de su Señor -alabado y ensalzado sea- que: "Un siervo cometió una falta y, dijo: "¡Señor! Perdona mi falta" y Dios -alabado y ensalzado sea- dijo: "Mi siervo ha cometido una falta, pero ha reconocido que tiene un Señor que perdona y castiga las faltas".
El siervo volvió a cometer otra falta y dijo: "¡Oh Señor! Perdona mi falta”. Dios -alabado y ensalzado sea- dijo: "Mi siervo ha cometido una falta, pero ha reconocido que tiene un Señor que perdona y castiga las faltas".
El siervo, de nuevo, cometió otra falta y dijo: "¡Oh Señor! Perdona mi falta". Y, Dios dijo: "Mi siervo cometió una falta, pero ha reconocido que tiene un Señor, que perdona y castiga las faltas. Ya He perdonado a Mi siervo, así que haga lo que le plazca".

254. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "¡Juro por Quien tiene mi alma en Su poder! si no cometierais faltas, Dios os reemplazaría por otro pueblo que cometiera faltas y pidiera perdón a Dios -alabado sea- quien los perdonará".

255. Jaled Ibn Zaid (que Dios esté complacido de él) narró que había oído al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) decir: "Si no estuvierais cometiendo faltas, Dios hubiera creado a otro pueblo que cometiera faltas y, acto seguido, pidiera perdón; y Dios le perdonará".

256. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró: En cierta ocasión, estuvimos sentados en compañía del Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él). Entre nosotros se encontraban Abu Bakr y U'mar (que Dios esté complacido de ambos).
El Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) se levantó y abandonó la reunión, pero tardó tanto que temíamos por él. Así que nos hemos levantado todos en su busca, y fui el primero en hacerlo. Me acerqué a un huerto de los Ansar (Abu Huraira contó también cómo se encontró con el Profeta). Allí, el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) me dijo: "¡Márchate! Y dale la buena nueva a toda persona que encuentres fuera de este huerto!: Quienquiera que ofrezca su testimonio de que no hay otra divinidad salvo Dios, sintiendo la certeza -de este testimonio- en su corazón, alcanzará el Paraíso.

257. Al Baraá Ibn A'zeb (que Dios esté complacido de ambos) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Si el musulmán fuera interrogado, en la tumba, y ofreciera su testimonio de que no hay otra divinidad salvo Dios y que Muhammad es el Enviado de Dios; esto sería la explicación de las Palabras de Dios: "Dios confirmará a quienes creyeron y tuvieron fe en la palabra inequívoca, tanto en esta vida mundana como en la vida del Más Allí".

258. Anas (que Dios esté complacido de él) narró que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Cuando un incrédulo hace una buena obra, será recompensado con el sustento de esta vida; mientras que al creyente, Dios le preservará sus recompensas para la vida del Más allí y le concederá el sustento en esta vida por su obediencia".

259. Yaber (que Dios esté complacido de él) narró que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Las cinco oraciones diarias se parecen a un río profundo que fluye por delante de la puerta de uno, en donde se lava cinco veces al día".

260. ibn Abbas (que Dios esté complacido de ambos) narró que había oído al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) decir: "Siempre que muera un musulmán y asistan a su funeral cuarenta hombres que no asociaran nada ni nadie con Dios, Dios aceptará sus intercesiones por él".

261. Abu Musa Al Ach'arí (que Dios esté complacido de él) narró que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo. "En el Día del Juicio, se le entregará al musulmán un judío o un cristiano y se le dirá: ¡Este es tu rescate del Fuego!".

262. Abu Musa Al Ach'arí (que Dios esté complacido de él) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Cuando Dios desea conceder Su misericordia a una nación, cobrará la vida de su Profeta antes que a ella, adelantándole como intercesor. Pero si desea la perdición de una nación, la castigará mientras su Profeta se encuentre con vida. Así, verá con satisfacción la perdición y destrucción de su nación, por haberle desmentido y desobedecido".

Selección y Prologo: Prof. Dr. M.M Al-Azami
Traducción de texto: Ahmed M. Safi
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