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EL PASO HACIA EL PARAÍSO: La Sinceridad Y La Buena Intención En Todos Los Actos Y Dichos Públicos O Privados

EL PASO HACIA EL PARAÍSO
Dichos De Muhammad El Enviado De Dios
El-Imam Al-Nawawi
CAPÍTULO 1
La Sinceridad Y La Buena Intención En Todos Los Actos Y Dichos Públicos O Privados

Dios Altísimo dice:
“Pero no se les ordené sino adorar a Dios, con sincera devoción como verdaderos creyentes; y que cumplieran con la oración y abonaran el Zakat. Pues, ésta es la religión justa y verdadera” El Sagrado Corán (98:5)

Y el Altísimo dijo también:
“Dios no prestará atención a sus carnes ni a sus sangres (los animales ofrecidos en sacrificio), sino a vuestra piedad y a vuestro temor de EL". El Sagrado Corán (22:37)

Y el Altísimo dijo:
“Lo mismo da si ocultáis vuestra intención que si la manifestáis; Dios la conoce”. El Sagrado Corán (3:29)

1. Umar ibn Al Jattab (que Dios esté complacido de él) narró que había oído al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con el) decir: "Las obras vienen determinadas por las intenciones. Así, cada hombre alcanzará lo que busca, de acuerdo con sus intenciones. De este modo, aquel cuya emigración fue por la causa de Dios y la de Su Enviado, esta emigración será considerada por la causa de Dios y la de Su Enviado. Pero, aquel que emigró en busca de algún beneficio material o para desposarse con una mujer, sin duda su emigración será hacia aquello por lo cual emigró".

2. Yaber Ibn Abdulah Al Ansari (que Dios esté complacido de ambos) narró: "Habíamos acompañado al profeta (La Paz y las bendiciones de Dios estén con el), en una batalla y, en el curso de la misma nos dijo: "Hay unos hombres en Medina que os acompañan en cualquiera de vuestras marchas o travesías. Pero, la enfermedad los retuvo".

3. Ma’an Ibn Yazid, (que Dios esté complacido con ellos) narró: Mi padre, Yazid, había depositado unas monedas de oro con un hombre, para que sean distribuidas como caridad en la mezquita. Llegué allí y me las lleve y luego fui a ver a mi padre. Al saberlo, dijo: ¡Por Dios! No era mi intención el dártelas a ti. Llevé el caso ante el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) quien dijo: "Tendrás (la recompensa de Dios) por tu intención oh, Yazid. En cuanto a ti, Ma'an; es tuyo lo que has llevado".

4. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró: El Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Dios no observará a vuestros cuerpos o apariencias, pero sí a vuestros corazones y obras”.

5. Abdulah Ibn Qais Al Achari (que Dios esté complacido con él) narró: Fue preguntado el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones sean con él) acerca de combatir por la causa de Dios. Si lo hace aquel que combate por valentía o por orgullo y patriotismo o por ostentación. El Enviado de Dios (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: Aquel que combate para que prevalezca la Palabra de Dios, lo habrá hecho por la causa de Dios".

6. Nufaih Ibn Al Harez Al Zaqafi (Que Dios esté complacido con él) narró: El Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Cuando dos musulmanes se enfrentan entre sí con sus respectivas espadas, entonces el asesino y el asesinado serán castigados con el Fuego". Le pregunté: "Oh, Enviado de Dios, lo entiendo en el caso del asesino, pero no en el caso del asesinado'. Dijo: "Pues porque también tenía la firme intención de matar a su compañero".

7. Abu Huraira (que Dios esté complacido con él) narró: El Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "La oración que un hombre realiza en congregación supera en méritos a la realizada en su trabajo u hogar en veintitantos grados. Porque si uno lleva a cabo la ablución de un modo correcto y, se dirige hacia la mezquita sin más propósito o motivo que la propia oración, entonces por cada paso que dé se le elevará un grado y se le perdonará una falta, hasta que entre en la mezquita. Y una vez en la mezquita se le considerará en permanente oración, si la oración es lo que le retiene. Así mismo, los ángeles rogarán por aquel de entre vosotros durante el tiempo en que permanezca en el mismo lugar donde rezó y, dirán: (¡Señor! Ten misericordia de él; perdónale y acepta su arrepentimiento). Siempre y cuando no haya provocado daño o incidente en el mismo".

8. Abdulah Ibn Abbas Ibn Abdel Muttaleb (Que Dios esté complacido con ambos) narró: El Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) transmitió de su Señor (Alabado y ensalzado sea) diciendo: "Dios ha descrito tanto las buenas como las malas obras y los ha detallado: Quien tuvo la intención de realizar una buena obra, y no llegó a cumplirla, Dios se lo anotará como si la hubiera realizado íntegra­mente. Y si tuvo la intención de realizarla y la realizó, Dios le anotará el mérito de diez buenas obras, que pueden multiplicarse hasta setecientas o mucho más. Y, si uno tuviera la intención de realizar una mala obra sin llegar a cometerla, Dios se lo anotará como si hubiera realizado una buena obra; pero si la cometiera, Dios se lo anotará como haber cometido una sola mala obra".

9. Abdulah Ibn Umar Ibn Al Jattab (que Dios esté complacido de ambos) narró: He oído al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones sean con él) decir: "En un tiempo anterior al vuestro, hubo tres hombres que iniciaron una marcha. Llegada la noche, decidieron refugiarse en una gruta, pero una vez dentro, una roca que cayó de la montaña les cerró la salida de la gruta. Entonces se dijeron: No habrá salvación de esta roca sino rogando a Dios, invocando vuestras buenas obras. Uno de ellos dijo: Dios mío, yo tenía a mis padres en mi casa y eran muy ancianos. No permitía a nadie de mi propia familia o del servicio que tomara la leche recién ordeñada antes de ellos. Ocurrió un día que me alejé mucho de casa en busca de leña. Cuando volví se habían dormido, así que ordeñé la leche al tiempo que seguían durmiendo. No quería despertarles ni ofrecer la leche a mi familia o sirvientes antes de ellos. Por ello, me quedé esperando -vasija en mano- a que se despertaran, hasta que se clarificó la mañana y mis hijos me reclamaban la leche. Fue entonces cuando mis padres se despertaron y tomaron su leche. ¡Dios mío! Si lo que hice fue en busca de tu beneplácito, entonces alívianos de esta situación y de esta roca.
La roca se retiró un poco, sin que pudieran salir.
Dijo el segundo: ¡Dios mío!. Tenía una prima a quien amaba más que a nadie. Intentaba disuadirla para que se me entregara, pero ella se negaba. Y, fue en un año de gran sequía en que me vino buscando ayuda. Le entregué ciento veinte monedas de oro, con la condición de que no se resistiera a mi deseo, y ella lo aceptó. Cuando estuve a punto de tomarla, me dijo: Ten piedad y temor de Dios; no me tomes sino de un modo legítimo. Fue entonces cuando me retiró, manteniendo ni amor por ella y dejándola las monedas de oro que le había entregado. ¡Dios mío! Si lo que hice fue en busca de tu beneplácito, entonces alívianos de esta situación.
La roca se retiró un poco más, pero tampoco podían salir.
Dijo el tercero: ¡Dios mío! Había contratado a unos obreros y les había pagado a todos sus sueldos a excepción de uno que se había marchado sin cobrarlo. Así que le invertí el sueldo que obtuvo grandes beneficios. Después de un tiempo, aquel obrero regresó y me dijo: "Oh siervo de Dios, entrégame mi sueldo", y yo le respondí: "Todo lo que ves proviene de tu sueldo, sí, todos estos camellos, vacas y ovejas y esclavos son tuyos". El me replicó: "Oh siervo de Dios, no te burles de mí”, y yo le dije: "No me burlo de ti".
Así que lo llevé todo y lo condujo sin dejar nada. ¡Dios mío! Si lo que hice fue en busca de tu beneplácito, entonces alivianes de esta situación.
Fue entonces cuando se retiró la roca y aquellos hombres salieron andando con sus propios pies".

Selección y Prologo: Prof. Dr. M.M Al-Azami
Traducción de texto: Ahmed M. Safi
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