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La Verdadera Musulmana Se Abstiene De Calumniar Y De Propagar Chismes Maliciosos

La musulmana que efectivamente comprende las enseñanzas del Islam es consciente de Allah , y Le teme tanto en secreto como en público. Por eso, evita pronunciar cualquier tipo de calumnia o chisme malicioso que pueda molestar a su Señor, para no ser incluida entre las propagadoras de chismes maliciosos que están severamente condenadas en el Corán y la Sunnah.

Cuando lee las siguientes palabras de Allah : [...ni habléis mal del ausente, pues ello es tan repulsivo como comer la carne de un hermano muerto ¿Acaso alguno de vosotros desearía hacerlo? Por supuesto que os repugnaría. Y temed a Allah; ciertamente Allah es Indulgente, Misericordioso.] (49:12) Ella se siente llena de aversión por el abominable pecado del chismorreo, el cual está vinculado con el de comer la carne de su hermana muerta. Por eso, se apresura en arrepentirse, tal como prescribió Allah al final de la aleya, aconsejando a arrepentirse rápidamente a quien ha caído en el error de calumniar.

También hace caso de las palabras del Profeta , quien dijo:

"El musulmán es aquel de cuya lengua y de cuyas manos están a salvo los musulmanes".[1]

     De este modo, ella siente que el chisme es un pecado impropio de la musulmana que ha pronunciado las palabras de la Shahâdah; y que la mujer acostumbrada a chismorrear en reuniones sociales no estará entre las mujeres musulmanas honradas.

‘Â'ishah dijo:

"Le dije al Profeta : 'Me es suficiente con decirte que Safiiah es de tal y cual modo’. Algunos narradores dijeron que quiso decir que era baja de estatura. El Profeta dijo: ‘Has dicho una palabra que si se mezclara con las aguas del mar ciertamente las contaminaría’".[2]

   La musulmana presta la debida atención a la descripción de los siete actos que pueden conducir a la condena de una persona, a los cuales el Profeta apeló para que la gente los evitara. En esta lista se encuentra algo aún peor y más peligroso que el mero chismorreo: la calumnia a la creyente casta e inocente, un pecado al cual algunas mujeres caen en sus reuniones:

"Evitad las siete cosas que os pueden llevar a la perdición”. Le fue preguntado: "Mensajero de Allah ¿Cuáles son éstas?" Él contestó: "El shirk (asociar a Allah algún copartícipe), la brujería (sihr), matar a alguien a quien Allah ha prohibido matar salvo en el curso de la justicia, derrochar los bienes del huérfano, practicar la riba (la usura), huir del campo de batalla, y calumniar a la creyente casta e inocente".[3]

   La musulmana que verdaderamente comprende esta enseñanza toma el tema del chisme muy seriamente y no consiente ningún tipo de chisme, ni tolera a nadie que chismorree en su compañía. Ella defiende a sus hermanas del chisme hostil y refuta todos los comentarios negativos dichos sobre ellas, en conformidad con las palabras del Profeta :

"A quien defienda la honra de su hermano en su ausencia, Allah lo salvará del Fuego".[4]

   La auténtica musulmana también se contiene de propagar el chisme malicioso porque comprende el peligroso papel que juega al diseminar el mal y la corrupción en la sociedad y romper los lazos de amor y amistad entre sus miembros, como dijo el Profeta :

"Los mejores siervos de Allah son aquellos que cuando son vistos, Allah es rememorado (es decir, que son muy piadosos). Los peores siervos de Allah son aquellos que propagan chismes maliciosos provocando la división entre amigos y buscan causar disturbios a la gente inocente".[5]

   A la mujer que propague chismes maliciosos y causé disturbios entre amigos disgregándolos, le es suficiente saber que si persiste en su maligno proceder, le aguarda su humillación en esta vida y un terrible destino en la próxima. Tal como declaró el Profeta , las bendiciones del Paraíso serán negadas a toda persona que propague chismes maliciosos. Esto está manifestado claramente en el siguiente Hadîz sahîh:

"Quien participe en el chisme malicioso no entrará en el Paraíso".[6]

   Lo que llena el corazón de la creyente con temor y horror de las consecuencias de propagar chismes maliciosos es el hecho de que Allah derramará Su castigo sobre quien participe en este pecado desde el momento en que él o ella sea depositado en la tumba. Encontramos la evidencia de esta aseveración en el Hadîz recopilado por Al Bujâri, Muslim, y otros, y narrado por Ibn ‘Abbâs :

"El Mensajero de Allah  pasó cerca de dos tumbas, y dijo: 'Están siendo castigados, pero no por algún pecado mayor. Uno solía propagar chismes maliciosos, y el otro no acostumbraba a limpiarse apropiadamente después de orinar’. Él pidió una rama verde y la dividió en dos, luego plantó un gajo sobre cada tumba, y dijo: '¡Qué su castigo sea reducido mientras estas ramas permanezcan frescas!"[7].


[1]  Sahîh Muslim, 2/12, Kitâb al îmân, bâb baiân tafâdul al islâm.
[2]  Relatado por Abû Dâûd, 4/371, Kitâb al adab, bâb fi al gîbah; At Tirmidhi, 4/660, Kitâb sifah al qiâmah, 51; él dijo que es un Hadîz hasan sahîh.
[3]  Al Bujâri y Muslim. Ver Sharh As Sunnah, 1/86, Kitâb al îmân, bâb al kabâ'ir.
[4]  Relatado con un isnâd hasan por Ahmad, 6/461.
[5]  Relatado con un isnâd sahîh por Ahmad, 4/227.
[6]  Al Bujâri y Muslim. Ver Sharh As Sunnah, 13/147, Kitâb al birr ua as silah, bâb ua‘îd an nammâm.
[7]  Al Bujâri y Muslim. Ver Sharh As Sunnah, 1/370, Kitâb at tahârah, bâb al istitâr ‘inda qadâ' al hâyah.
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