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La Verdadera Musulmana, Su Madre Viene Primero, Luego Su Padre

El Islam alentó el respeto y el afecto hacia los padres. Algunos textos tratan sobre la madre y el padre separadamente; pero tomando todos los textos en su conjunto, en realidad, prescriben un saludable balance en la atención de los hijos hacia sus padres, para que el respeto a uno no sea en detrimento del otro. Algunos textos hasta confirman que a la madre se le debe otorgar prioridad por encima del padre. 

   Cuando un hombre vino a dar la bai‘ah y a ofrecerse para tomar parte del yihâd, el Profeta le preguntó: "¿Alguno de tus padres está vivo?". Esto indica claramente que el musulmán está obligado al buen trato de sus padres por igual. Similarmente, a Asmâ', le fue encomendado mantener contacto con su madre, a pesar de ser mushrikah.

Un hombre fue hasta donde estaba el Profeta y le preguntó: "¡Oh, Mensajero de Allah! ¿Quién de entre la gente es el más merecedor de mi buena compañía?" Él respondió: "Tu madre". El hombre preguntó nuevamente: "¿Y luego quién?" El Profeta dijo: "Tu madre". El hombre preguntó por tercera vez: “¿Y luego quién?” El Profeta dijo: “Tu madre”. El hombre preguntó de nuevo: "¿Y luego quién?" El Profeta dijo: "Luego tu padre".10

   Este Hadîz confirma que el Profeta dio prioridad al tratamiento amable a nuestra madre por encima del tratamiento amable para con el padre, y los Sahâbah solían recordar esto a los musulmanes, después de la muerte del Profeta . Ibn ‘Abbâs, un gran sabio y faqîh de esta Ummah, consideró el tratamiento afectuoso a la madre como la mejor obra que nos acerca a Allah . Cierta vez, un hombre se presentó ante él y dijo: "Pedí la mano de una mujer para contraer matrimonio, y ella me rechazó. Otra persona le pidió la mano y ella aceptó y se casó con él. Me sentí celoso, así que la maté. ¿Acaso podrá ser aceptado mi arrepentimiento?” Ibn ‘Abbâs le preguntó: "¿Tu madre aún está con vida?" Él contestó: "No". Entonces le dijo: "Arrepiéntete ante Allah y haz lo mejor posible para estar más próximo a Él”.

‘Atâ' Ibn Iasâr, quien narró este relato de Ibn ‘Abbâs, dijo: "Fui y pregunté a Ibn ‘Abbâs: ‘¿Por qué le preguntaste si su madre aún vivía?’ Él contestó: ‘Porque no conozco otro acto que acerca más a la gente a Allah que el trato amable y el respeto hacia la madre’".11

   El Imâm Al Bujâri abre su libro Al Adab Al Mufrad con un capítulo sobre el respeto y la amabilidad hacia los padres (birr al uâlidain), en el cual coloca la sección sobre el buen trato a la madre antes de la sección del buen trato para con el padre, algo compatible con las enseñanzas del Profeta al respecto.

   El Corán evoca sentimientos de amor y respeto en el corazón del hijo o hija, y lo alienta a él o a ella a tratar bien a sus padres. Por otra parte, se refiere a la madre de una manera más gentil y compasiva, otorgándole  prioridad por el embarazo, el amamantamiento, y los dolores y molestias que sufre durante esos dos estados. Reconoce además su noble sacrificio y su gran ternura y cuidado.

[Le hemos ordenado al hombre ser benevolente con sus padres. Su madre le lleva [en el vientre] soportando molestia tras molestia, y su destete es a los dos años. Sed agradecidos conmigo y con vuestros padres; y sabed que ante Mí compareceréis.] (31:14)

¡Qué enseñanza tan suprema! ¡Qué humana y compasiva dirección! [Sed agradecidos conmigo y con vuestros padres...] Mostrar gratitud a los padres por lo que han hecho por sus hijos viene en segundo lugar, precedido solamente por la gratitud hacia Allah , y esto constituye uno de los mejores actos honrados que podamos realizar. ¡Qué elevada condición otorgó a los padres esta religión!

Ibn ‘Umar vio a un hombre yemení circunvalando la Ka‘bah, mientras llevaba a su madre. El hombre le dijo: "Soy como un camello domesticado para ella: La he cargado más de lo que ella me ha cargado. ¿Tú piensas que se lo compensé ¡Oh, Ibn ‘Umar!?” Él contestó: "No, ni siquiera una contracción".12

Cada vez que ‘Umar Ibn Al Jattâb  veía el ejército del Yemen les preguntaba: "¿Hay algún Uais Ibn ‘Âmir entre vosotros?” Hasta que al fin encontró a Uais, entonces le preguntó: "¿Eres tú Uais Ibn ‘Âmir?" Uais contestó: "Sí". ‘Umar preguntó: "¿Eres tú del clan de Murâd en la tribu de Qaran?" Uais respondió: "Sí". ‘Umar le preguntó: "¿Tú tuviste lepra y luego te curaste de ella, a excepción de un área (de su cara) del tamaño de un dirham?". Uais respondió: "Sí" ‘Umar le hizo una última pregunta: "¿Tienes madre?" Uais contestó: "Así es". Luego, ‘Umar dijo: "Escuché al Mensajero de Allah decir: 'Vendrá a ti con el ejército del Yemen un hombre llamado Uais Ibn ‘Âmir del clan de Murâd de la tribu de Qaran. Él tuvo lepra pero fue curado de ella, excepto por un grano del tamaño de un dirham. Él tiene una madre, y siempre la ha tratado con afecto y respeto. Si él implora a Allah, Allah cumple su deseo. Si tú puedes pedirle que pida perdón, entonces hazlo.' Por eso pide a Allah que me perdone". Entonces, Uais pidió a Allah que lo perdonara. Luego, ‘Umar le preguntó: "¿Dónde vas?". Uais le contestó: "A Al Kûfah" ‘Umar le dijo: "¿Debo escribirte una carta de recomendación para el gobernador de Al Kûfah?" Uais le respondió: "Yo prefiero ser anónimo entre la gente."13

    ¡Qué condición tan elevada alcanzó Uais por la virtud de su afecto y respeto hacia su madre, para que el Profeta  recomendara a sus Sahâbah  buscarlo y pedirle que orara por ellos!

    Todo esto señala la elevada condición a la que el Islam ha realzado la posición de la maternidad, pues otorgó prioridad a la madre sobre el padre. Al mismo tiempo, el Islam concedió una gran importancia a ambos padres, y prescribió el afecto y el respeto para ambos.

   Una mujer puede disfrutar una vida de tranquilidad y holgura en la casa de su marido, y puede mantenerse tan ocupada con su marido y sus hijos, disponer de poco tiempo para compadecerse de sus padres, visitarlos para ver cómo están, y tratarlos bien. Pero la verdadera musulmana está a salvo de estos graves errores, al leer las recomendaciones del Corán y la Sunnah en lo relativo a los padres. Por eso les presta la debida atención visitándolos a menudo para ver cómo se encuentran, y esforzándose en tratarlos bien, siempre que su energía, tiempo y circunstancias se lo permitan y tanto como ella pueda.


10  (Al Bujâri y Muslim), Ver Sharh As Sunnah, 13/4, Kitâb al birr ua as silah, bâb birr al uâlidain.
11  Relatado por Al Bujâri en Al Adab Al Mufrad, 1/45, bâb birr al umm.
12  Relatado por Al Bujâri en Al Adab Al Mufrad, 1/62, bâb yazâ' al uâlidain.
13  Sahîh Muslim, 16/95, Kitâb fadâ'il as sahâbah, bâb min fadâ'il Uais Al Qarani.
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