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Tormentos y Bendiciones de la Tumba (Cuarta Parte)

4 - Los tormentos y bendiciones de la Tumba (Cuarta Parte)

(5) Las cosas que salvan a la persona de la prueba y el tormento de la tumba

Lo que salva a una persona del tormento de la tumba es el estar preparado para la muerte, así si ésta llega sorpresivamente no habrá causa de remordimiento. Algunas de las formas de prepararse para la muerte incluyen la prontitud en arrepentirse, cumplir con las obligaciones y practicar las buenas acciones, ya que la fe, la oración, el ayuno, el Zakâh, el Hayy, el Yihâd, honrar a los padres, mantener buenas relaciones con los parientes, recordar a Allâh (Dhikr) y otros tipos de buenas acciones protegerán al creyente, y por medio de éstas Allâh le proveerá una salida de cada situación difícil.

El Mensajero  nos informó que las buenas acciones protegerán a la persona en su tumba. Ibn Taimiiah dijo: ‘Según el famoso Hadîz transmitido por Abû Huraîrah del Profeta , que fuera narrado por Abû Hâtim en su Sahîh, y por los Imâmes del Hadîz, que  dijo: "El difunto puede oír los pasos (del cortejo fúnebre) alejándose de él (después de su entierro). Si éste fue un creyente, sus oraciones se ubicarán a la altura de su cabeza, su ayuno a su derecha, el Zakâh a su izquierda, y las buenas acciones, tales como la honestidad, las buenas relaciones con los parientes, tratar bien a la gente y otras, se ubicarán a sus pies. Los (dos) Ángeles intentarán acercársele por el lado de su cabeza y la oración les dirá: ‘No podéis pasar por aquí’. Después intentarán por su lado derecho y el ayuno les dirá: ‘No podéis pasar por aquí’. Después intentarán por su lado izquierdo y el Zakâh les dirá: ‘No podéis pasar por aquí’. Finalmente intentarán llegarle por el lado de sus pies y sus buenas acciones les dirán: ‘No podéis pasar por aquí’. Entonces, cerca del momento del ocaso, le será dicho: ‘¡Siéntate!’ Y se sentará, y se le preguntará: ‘¿Quién es este hombre que estaba entre vosotros [es decir Muhammad ]?’ El muerto responderá: ‘¡Dejadme rezar (la oración del ocaso)!’ Ellos responderán: ‘Te es permitido rezar, pero primero debes responder a nuestra pregunta’ Él dirá: ‘¿Qué es lo que me preguntasteis?’ Le dirán: ‘¿Qué es lo que decías acerca de este hombre que estaba entre vosotros? ¿Cuál es vuestro testimonio acerca de él?’ Él responderá: ‘Doy testimonio que él es el Mensajero de Allâh, y que trajo la verdad proveniente de Allâh’. Le será dicho: ‘Bajo esta creencia viviste y con ella moriste, y con ella serás resucitado In sha Allâh’. Entonces una de las puertas del Paraíso le será abierta, y se le dirá: ‘Éste es tu lugar, y esto es lo que Allâh ha preparado en el Paraíso para ti’ Y su alegría y felicidad aumentará. Entonces una de las puertas del Infierno le será abierta y se le dirá: ‘Éste es tu lugar, y esto es lo que Allâh tenía preparado para ti [si hubieseis desobedecido]’ Y su alegría y felicidad aumentará. Entonces su tumba se expandirá para él setenta codos y será iluminada, y su cuerpo será restaurado a su forma original y su alma colocada en Nasm At Tîb, que es un pájaro que se posa en un árbol del Paraíso."

Abû Hurairah dijo (citando el Corán): {Allâh afirma a los creyentes con la palabra firme [que no hay nada ni nadie con derecho a ser adorado salvo Allâh] en esta vida y en la otra...} (14:27)

El buscar refugio en Allâh de la atribulación y el tormento de la tumba

Debido a que la prueba de la tumba y su tormento son tremendamente terroríficos y severamente difíciles, el Mensajero  acostumbraba buscar refugio en Allâh de esto en sus oraciones y en otras ocasiones, y solía decirle a sus compañeros que hagan lo mismo.

Según el Hadîz de ‘Â'ishah, una mujer judía le dijo: "¡Qué Allâh te proteja del tormento de la tumba!" Ella le preguntó al Mensajero  acerca del tormento de la tumba, y él dijo: "Sí, el tormento de la tumba (es real)". ‘Â'ishah dijo: "Después de eso no vi al Mensajero de Allâh  rezar sin que pidiera refugio en Allâh del tormento de la tumba". Gandar (el transmisor del Hadîz) agregó: "Ciertamente el tormento de la tumba es real."[1]

Fue narrado de Anas que el Mensajero  solía decir en sus suplicas: "Allâhumma innî a'ûdhu bika min al 'ayzi ua al kasali ua al yubuni ua al bujil ua al haram, ua a'ûdhu bika min 'adhâb al qabr, ua a‘ûdhu bika min fitnat al mahiâ ua al mamât" (¡Oh, Allâh! Busco refugio en Ti de la incapacidad, la pereza, la cobardía, la miseria y la vejez; Y busco refugio en Ti del tormento de la tumba; y busco refugio en Ti de las pruebas de la vida y la muerte)[2]

Se narró de ‘Â'ishah que el Mensajero  decía: "Allâhumma innî a'ûdhu  bika min al kasali ua al magrami ua al ma'zami ua al haram ua min fitnat al qabr ua 'adhâb al qabr" (¡Oh, Allâh! Busco refugio en Ti de la pereza, la vejez, el pecado y las deudas, y de la prueba de la tumba y su tormento)[3]

El Mensajero  le decía a sus compañeros: "Buscad refugio en Allâh del tormento de la tumba", y éstos decían: "Na'ûdhu billâhi min 'adhâb al qabr" (Nos refugiamos en Allâh del tormento de la tumba)[4]

También solía decirles: "Buscad la protección de Allâh del tormento de la tumba, pues el tormento de la tumba es real"[5]. Y solía decirles que busquen el refugio en Allâh de cuatro cosas: "Buscad refugio en Allâh del tormento de la tumba, buscad refugio en Allâh del Infierno, buscad refugio en Allâh de la tribulación del Masîh Ad Dayyâl, y buscad refugio en Allâh de las tribulaciones de la vida y la muerte".[6]

Él les decía que busquen refugio en Allâh del tormento de la tumba en sus oraciones, después de recitar el Tashahhud. Fue narrado que Abû Hurairah  dijo: "El Mensajero de Allâh  dijo: "Cuando alguno de vosotros recite el Tashahhud, que busque refugiarse en Allâh de cuatro cosas, y que diga: ‘Allâhumma inni a‘ûdhu bika min 'adhâb Yahannam, ua min 'adhâb al qabr, ua min fitnat al mahiâ ua al mamât, ua min sharri fitnat al Masîh ad dayyâl’" (¡Oh, Allâh! Me refugio en Ti del tormento del Infierno, del tormento de la tumba, de las pruebas de la vida y la muerte, y de la maldad de la tribulación de Al Masîh Ad Dayyâl)[7]

Ibn ‘Abbâs también transmitió este Hadîz y dijo: ‘El Mensajero  les enseñaba (a los Sahâbah) este du‘â' (plegaria) de la misma manera que les enseñaba una sûrah del Corán’.[8]



[1] Narrado por Al Bujâri en Kitâb Al Yanâ'iz, Bâb ‘adhâb al qabr, Fath Al Bâri', 13/232. También lo narró Muslim, Kitâb Al Masâyid, Bâb istihbâb at ta‘auudh min ‘adhâb al qabr, 1/410
[2] El Shaij Nâsîr Ad Dîn dijo en Sahîh Al Yâmi‘ (1/406): Fue narrado por Ahmad, Al Bujâri y Muslim.
[3] Atribuido en Sahîh Al Yâmi‘ (1/407) Al Bujâri, Muslim, At Tirmidhi, An Nasâ'i e Ibn Mâyah
[4] Narrado por Muslim, Kitâb Al Yannah, Bâb ‘ard maq‘ad al maiit min al yannah au an nâr ‘alaihi, 4/2199
[5] Narrado por At Tabarâni con un Isnâd Sahîh. Ver Sahîh Al Yâmi‘, 1/317
[6] Atribuido en Sahîh Al Yâmi‘ (1/320) a At Tirmidhi y An Nasâ'i
[7] Narrado por Muslim en su Sahîh, Kitâb Al Masâyid, Bâb ma iusta‘âdh minhu fi as salâh, 1/412, Hadîz N°. 588
[8] Narrado por Muslim, Kitâb Al Masâyid, Bâb ma iusta‘âdh minhu fi as salâh, 1/412, Hadîz N°. 590
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