Este hadiz es un consejo que encierra principios básicos de la medicina, y si se cumpliese en forma precisa, las personas estarían protegidas de muchas enfermedades causadas por comer en exceso.
Un beneficio adicional es que comer en poca cantidad conserva la dulzura y compasión en el corazón, fortalece el entendimiento, aminora el deseo y debilita el enojo.
Zábit Al Bannáni relató: Nos transmitieron que Satanás se apareció un día ante el Profeta Iahia Ibn Zakariá (Juan), mientras llevaba algunas cosas sobre su espalda. Iahia le dijo: "¿Qué son esas cosas que estás llevando?" Satanás le respondió: Son las lujurias y las pasiones de las que me valgo para desviar al hombre. Iahia le preguntó: "¿Me corresponde a mí algo de eso?" Satanás le dijo: Puede ser que un día comas hasta hartarte, entonces te impediré rezar y recordar a Allah. Iahia dijo: "¿Hay algo más?" Satanás respondió: ¡No! Iahia dijo entonces: "Juro por Allah que jamás llenaré mi estómago con comida". Y Satanás exclamó: Juro por Allah que nunca volveré a aconsejar a un musulmán"[2]
El Profeta solía aconsejar a sus compañeros no comer demasiado y compartir la comida con aquellos que no tuvieren. El Profeta dijo: "La comida de una persona alcanza para dos, la de dos alcanza para tres y la de tres alcanza para cuatro".[3]
Uno de los sabios de las primeras generaciones de creyentes relató: "Un grupo de jóvenes de los Hijos de Israel estaba ayunando. En el momento de romper el ayuno, un hombre sabio les dijo: Si coméis mucho, beberéis mucho y dormiréis mucho, entonces perdéis mucho también".
'Á'isha dijo: "Desde que el Profeta arribó a Medina, su familia no comió pan durante tres días seguidos, y así continuó hasta su muerte".[4]
Anas narró que el Profeta dijo: "Yo fui dañado por la causa de Allah como nadie. Me atemoricé por la causa de Allah como ninguno, y me quedé tres días y tres noches sin comida, excepto lo que Bilál me traía escondiéndolo bajo su brazo".[5]
Allah censura a aquellos que actúan acorde a sus pasiones: (Les sucedieron generaciones que descuidaron la oración, siguieron sus pasiones y terminaron perdiéndose. Salvo quienes se arrepintieron, creyeron y obraron rectamente. Éstos ingresarán al Paraíso, y no serán oprimidos en nada.) (19:59-60)
El Profeta dijo: "Mi generación es la mejor, luego la que le sigue, y luego la generación siguiente. Luego vendrán algunas personas que darán testimonio sin que se los haya llamado para eso, harán promesas y no las cumplirán, y entre ellos la obesidad será algo común"[6]