La Verdadera Musulmana No Es Extremadamente Estricta
Otra de las cualidades de la verdadera mujer musulmana es que no es extremadamente estricta, y no va hacia los extremos con respecto a los asuntos que el Islâm, ha permitido en ciertas ocasiones, tales como el canto permitido el día del 'Îd y en las bodas, o mirar algunos juegos o deportes de entretenimiento, mientras no estén acompañadas por ninguna forma de corrupción, que pueda llevar a la fitnah.
Aunque, en ciertas ocasiones, puede aceptar ver o participar en entretenimientos, no los considera su principal preocupación en esta vida. Ella sigue las enseñanzas del Islâm que permiten el entretenimiento en ocasiones, como está relatado en un cierto número de Hadîces sahîh.
En el Sahîh Bujâri, 'Âishah, que Allâh esté complacido con ella, relató haber arreglado un matrimonio para una mujer una huérfana bajo su cuidado, con un hombre de los Ansâr. El Profeta le preguntó: 'Âishah, ¿Qué clase de diversión y entretenimiento tendréis? Ya que, a los Ansâr les gusta la diversión y el entretenimiento’".[1]
El Imâm Bujâri también narró de 'Âishah lo siguiente:
"El Profeta vino a mi habitación, mientras había dos jovencitas cantando las canciones de Bu'âz[2]. Él se recostó en su cama y giró su rostro. Entonces entró Abû Bakr, y me reprendió diciendo: '¡Instrumentos musicales de Shaitân en la casa del Profeta !’. Entonces el Mensajero de Allâh se volvió hacia él y le dijo: 'Déjalas', Cuando ya no estaba prestando atención, les indique (que se fueran), y ellas se fueron".[3]
Según otro relato, narrado también por Bujâri, el Profeta dijo: "¡Oh Abû Bakr! Ciertamente todos los pueblos tienen un día de 'Îd (celebración), y este es nuestro día del 'Îd".[4]
Otro relato narrado por Bujâri de 'Âishah dice:
"Era el día del 'Îd y había unos negros jugando con escudos y lanzas, (No recuerdo si yo le pregunté al Profeta , o él me dijo: '¿Quieres mirar?'. Le dije, 'Si'. Entonces me dejo estar detrás de él con mi rostro pegado al suyo, y él dijo: '¡Continuad, Banu Arfidah![5] Cuando me canse, él me preguntó, '¿Ya has tenido suficiente?'. Dije: 'Sí’. Entonces éll dijo: 'Entonces vete'”.[6]
Ibn Hayar relató un cierto número de versiones de este Hadîz de 'Âishah, como la registrada por Al Zuhrî:
"... Hasta que yo ('Âishah) fui quien ya había tenido suficiente." [7]
Muslim también narró de Al Zuhrî lo siguiente:
"Entonces él permaneció de pie allí, por mí, hasta que fui yo quien decidió abandonar el lugar." [8]
An Nisâ 'î narró de Iazîd ibn Marwân lo siguiente:
"El Profeta dijo: '¿Ya has tenido suficiente? ¿Ya has tenido suficiente?' Ella dijo, 'Estaba decidida a decirle No sólo para ver cómo permanecía junto a él (es decir, cuánto me amaba)" [9]
An Nisâ 'î relató de Abû Salâmah y éste de 'Âishah:
"Yo dije: 'Mensajero de Allâh, no te apresures'. Entonces permaneció de pie por mí, y luego me dijo, '¿Ya has tenido suficiente?'. Le dije: 'No te apresures'... No es que quisiera observarlos, sino más bien quería que todas las mujeres vieran cómo permanecía a su lado".
En el capítulo sobre el matrimonio, hay un relato narrado por Al Zuhrî, que añade:
"Debéis entender que a las jovencitas les gusta la diversión." [10]
En el Fath al Bârî [11] Al Sirâj relató vía Abu 'l Zinad de 'Urwah y ésta de 'Âishah, que el Profeta dijo en aquel día:
"Que los judíos conozcan que en nuestra religión hay espacio para el entretenimiento. Ciertamente, he sido enviado con una religión pura y tolerante."
Tirmidhî relató en su Sunan, que 'Âishah dijo:
"El Profeta estaba sentado cuando escuchamos algunos ruidos y voces de niños en el exterior. El Profeta se levantó, y vio a una mujer abisinia danzando con algunos niños a su alrededor. Él dijo: ''¡Âishah, ven y mira!" Entonces fui y coloque mi mentón sobre su hombro, observando a través de la brecha entre su cabeza y su hombro. Él me preguntó: '¿Ya has tenido suficiente?'. Y estaba decidida a decirle No, sólo para ver cómo permanecía junto a mí. De repente, apareció 'Umar , y la gente se dispersó. El Profeta dijo: 'Puedo ver que los demonios de entre los yinn y los humanos, huyen de 'Umar' y ('Âishah) dijo: ‘Y luego regresamos’" [12]
Estos, así como otros textos similares, comprendidos en los libros de Hadîces, son una clara evidencia del tratamiento benévolo y cortés del Profeta a su esposa; y su afán de hacerla feliz. Estos textos, también constituyen una prueba de la tolerancia del Islâm, y su preocupación para que a las mujeres se les permita disfrutar de ciertas clases de diversión y entretenimiento lícitas. No como alguna gente extremadamente estricta de hoy en día que considera tal diversión como un serio crimen por el cual deben ser castigadas severamente las mujeres, siendo encerradas en el hogar.
La musulmana que comprende las enseñanzas del Islâm debe ser muy precavida en cuanto a su actitud, concentrándose tan sólo en nobles propósitos y evitando las frivolidades. Pero esto no le debe impedir divertirse de manera lícita según el Islâm de vez en cuando ya que hay lugar para dicha diversión en la vida de la mujer. El sabio legislador comprende la naturaleza de la gente y su inclinación a relajarse y divertirse de vez en cuando para que puedan volver reavivados a sus ocupaciones serias con un vigor renovado, una mejor determinación, y más preparados para sobrellevar las cargas de sus responsabilidades. Este es el enfoque equilibrado, integrado, y prudente que trae el Islâm.