El Verdadero Musulmán Verifica Que Sus Costumbres Y Hábitos No Contradigan Las Normas Islámicas
Una de las características más importantes del verdadero musulmán es que considera cada costumbre de su sociedad para ver cuales contradicen las normas del Islam. Así todos sus valores sociales derivan de los principios básicos de la religión.
Por eso no usa oro, porque está prohibido para los hombres. El Profeta (B y P) anunció esto cuando vio a un hombre que tenía un anillo de oro y dijo: "¿Acaso alguno de vosotros tomaría un carbón ardiente y lo pondría en su mano?"[1] Entonces tomó el anillo del dedo de la persona y lo tiró. El hombre demostró una actitud maravillosa de obediencia hacia a Allah y Su Mensajero. Sus compañeros le dijeron: Recoge tu anillo y benefíciate de su valor (es decir, véndelo), pero el hombre dijo: Juro por Allah que no lo haré, nunca recogeré algo que el Profeta (B y P) ha tirado.
El verdadero musulmán no come ni bebe en vasos de oro o plata, y no usa seda o brocado, porque el Profeta (B y P) prohibió todo eso. Esto se informa en muchos Aĥâdîz, por ejemplo en el relatado por Ĥudhaifah (t):
El Profeta (B y P) nos prohibió usar seda o brocado, y beber en vasos de oro y plata. Él dijo: "Éstos son para los infieles en este mundo, y para vosotros en el otro".[2]
Umm Salamah (R) relató que el Profeta (B y P) dijo:
"Quien bebe en un vaso de plata es como si estuviese arrojándose fuego en su estómago".[3]
Según un Ĥadîz transmitido por Muslim, el Profeta (B y P) dijo:
"Quien come o bebe en vasos de oro o plata (y según otro relato: Quien bebe en un vaso de oro o plata) es como si estuviese arrojando el fuego del Infierno en su estómago".
‘Umar Ibn Al Jattâb (R) dijo:
Escuché al Mensajero de Allah (B y P) decir: "El que lleva seda no tendrá ninguna recompensa el Día del Juicio".[4]
‘Ali (R) dijo:
Vi al Mensajero de Allah (B y P) sostener seda en su mano derecha y oro en su izquierda, y decir: "Estos dos están prohibidos para los hombres de mi Ummah".[5]
Abû Mûsa Al Ash‘ari (R) relató que el Profeta (B y P) dijo:
"Usar seda y oro está prohibido para los hombres de mi Ummah, pero está permitido para las mujeres".[6]
Ĥudhaifah (R) dijo:
El Profeta (B y P) nos prohibió beber o comer en vasos de oro y plata, o usar o sentarse en seda o brocado.[7]
El verdadero musulmán no usa estas cosas obedeciendo la orden del Profeta (B y P), aunque necesariamente no entienda la razón de esta prohibición, sea ella social, psicológica o económica, porque en los asuntos concernientes a lo Ĥalâl y Ĥarâm él se guía por las palabras del Corán:
{Los preceptos que os ha transmitido el Mensajero respetadlos, y absteneos de cuanto os haya prohibido...} [59:7]
El verdadero musulmán no sigue las modas en las costumbres de los compromisos y de las bodas que hemos adoptado ciegamente de occidente sin pensar, como llevar el anillo de compromiso en la mano derecha y luego transferirlo a la mano izquierda en la noche de la boda, o permitirle a un fotógrafo que no es Maĥram tomar algunas fotografías de la novia. Éstas y otras costumbres han sido adoptadas por nuestras sociedades que están agobiadas por el imperialismo cultural aunque piensan que todavía pertenecen al mundo islámico.
Otro de los hábitos que los musulmanes deben desechar es el tener cuadros y estatuas en la casa, y un perro (a menos que sea un perro guardián). El Islam se opone tajantemente a estas prácticas, y hay varios Aĥâdîz donde se le prohíbe tales cosas a los creyentes expresamente.
Ibn ‘Umar (R) ha transmitido que el Profeta (B y P) dijo:
"Aquellos que hacen imágenes serán castigados en el Día de la Resurrección y se les dirá: Dadle vida a lo que habéis creado".[8]
‘Â'ishah R dijo:
El Mensajero de Allah (B y P) volvió de una jornada, y yo había cubierto una ventana pequeña con una cortina que tenía imágenes. Cuando el Mensajero de Allah (B y P) la vio, su cara cambió de color (debido al enojo) y dijo: "¡Oh, ‘Â'ishah! Ciertamente que serán severamente castigados por Allah en el Día del Juicio aquellos que imitan la creación de Allah". Ella dijo: Entonces las cortamos e hicimos dos almohadones.[9]
Ibn ‘Abbâs (R) dijo:
Escuché al Mensajero de Allah (B y P) decir: "Todo fabricante de imágenes estará en el Fuego. Cada imagen que él haya hecho tendrá vida y lo castigará en el Infierno". Por eso Ibn ‘Abbâs dijo: Si queréis, podéis hacer cuadros de árboles y objetos inanimados.[10]
Abû Talĥah (R) relató que el Mensajero de Allah (B y P) dijo:
"Los Ángeles no entran en una casa en la que hay un perro o una imagen".[11]
‘Â'ishah R dijo:
Yibrîl (P) prometió venir a visitar al Profeta (B y P) en cierta ocasión. Pero cuando llegó el momento, no vino. El Profeta (B y P) estaba sosteniendo un palo en su mano que tiró al lado, mientras decía: "Allah no rompe Su promesa con Sus Mensajeros". Entonces se dio vuelta y vio un cachorro debajo de su cama y preguntó: "¿Cuándo entró este perro?" Yo le dije: Por Allah que no noté su presencia. Luego ordenó que lo sacasen. Entonces vino Yibrîl (P), y el Mensajero de Allah (B y P) le dijo: "Habías prometido venir y te estaba esperando, pero no lo hiciste". Él dijo: El perro que estaba en tu casa impidió mi visita. Nosotros, los Ángeles, no entramos en una casa donde hay un perro o una imagen.[12]
Hay muchos Aĥâdîz que prohíben los cuadros y las estatuas, y la sabiduría detrás de esta prohibición puede estar relacionada especialmente a lo que pasa hoy en día cuando los hipócritas y los rufianes estimulan a los tiranos y a los opresores a erigir estatuas de ellos, tanto durante sus vidas como después de su muerte. Así es como los divinizan en sus tronos de gloria, mientras fustigan las espaldas de los oprimidos.
El Islam trajo la doctrina del Tauĥîd, y destruyó las estatuas del Shirk de la época del Yâhiliiah hace aproximadamente 1500 años. No debe permitirse que estas imágenes regresen a las vidas de los musulmanes, aunque sea para conmemorar a un líder, honrar a un artista o glorificar a un científico, poeta o escritor. La sociedad islámica es una sociedad monoteísta donde la glorificación, santificación y veneración sólo son para Allah. No hay ningún lugar para que la sociedad islámica se vea contaminada de estas estatuas e imágenes.
Respecto a tener un perro no hay nada de malo si el perro se tiene para cazar o cuidar el ganado, como dice el Ĥadîz que Ibn ‘Umar (R) relató:
Escuché al Mensajero de Allah (B y P) decir: "Quien tiene un perro, a menos que sea un perro para cazar o pastorear, su recompensa disminuirá dos Qîrât todos los días".[13]
Tener perros en la casa, como los tienen en la sociedad occidental, donde les fabrican comida especial y los lavan con shampoo, y gastan billones de dólares anualmente en cosas por el estilo, todo eso nada tiene que ver en absoluto con el Islam y su tolerancia. Todas estas costumbres extremistas occidentales relacionadas con los perros son un intento por compensar la falta de amor humano en sus vidas. Pero la vida social del Islam está llena de compasión, para que los musulmanes no tengan ninguna necesidad de caer en esos extremos absurdos.