MUHAMMAD EL PROFETA: El Inicio Del Apostolado En Público
"Advierte estas verdades a tus parientes más cercanos. Y
desciende tus alas sobre los creyentes que te sigan."
(Corán 26,214.215. Sura Ach-Chuaraa: Vers. de los poetas)
Es la señal para el inicio del apostolado público, que debe comenzar con los "parientes más cercanos".
Dios ha querido someter al Profeta a dura prueba.
Su familia más allegada son los hijos de Abdel Muttalib.
Muhammad, la paz sea con él, tiene bien desarrolladas las dotes de observación y deducción. Conoce perfectamente a su familia. Sabe, por tanto, que la islamización de sus parientes no será nada fácil.
Veamos cómo son los tíos del profeta:
—Abu Talib, jefe del clan. El profeta le quiere bien: ha sido su tutor durante diecisiete años, conduciéndose como un ver dadero padre.
Es un hombre generoso, bueno y noble; pero irresoluto, débil y pobre.
No tiene criterios propios. Tampoco voluntad para contradecir a sus hermanos, que son, económicamente hablando, más poderosos que él.
Es un amorfo. Férreamente ligado a las tradiciones de sus antepasados.
Carece de valor para abandonar la idolatría.
—Al Abas, otro de los hijos de Abdel Muttalib.
Es usurero por profesión. Un pulpo capitalista con ramificaciones en las principales ferias y mercados: Yatrib, Taif y, por supuesto, La Meca.
Su mundo es el préstamo y los negocios lucrativos.
Supedita la religión al porcentaje de sus beneficios. Los dioses son buenos en cuanto le concedan buenas ganancias. Todo
lo demás es pura fantasía.
—Hamza es otro de los tíos del Profeta.
Es el típico deportista. La fuerza física es lo que cuenta.
¿Su profesión ?: ganar competiciones.
Estar "a punto" es su objetivo.
Es un antirromántico. Cree sólo en las leyes de la naturaleza.
¿La religión? No es un deporte: no le interesa.
—Abu Lahab, hijo de Abdel Muttalib.
Es un materialista puro. El objetivo de su vida es gozar y acumular riquezas.
Familia, tribu, religión, son agentes al servicio de sus pasiones.
Está casado con Umm Jamil, mujer que comparte y alienta sus afanes materiales. Poetisa por afición, tiene facilidad versificadora; es famosa por la acritud de sus sátiras y por la agresividad de sus expresiones. Es hermana de Abu Sufiyan, el preboste de los mercaderes de La Meca.
El convertir estos hombres al Islam es casi misión imposible.
Muhammad, la paz sea con él, lo sabe perfectamente; pero las órdenes de Dios no se discuten e inicia la acción pública, habla con sus parientes más cercanos, con sus familiares, con sus tíos. No aceptan, especialmente Abu Lahb, y su mujer Umm Jamil.
Pero el Profeta no pierde las esperanzas. Está inmunizado contra la ingratitud y el ridículo. Conoce la terquedad de los idólatras y sus bajas pasiones. Y recuerda la siguiente sura:
En verdad, El Señor le ha puesto (al hombre) a prueba.
El limita su subsistencia.
Entonces dice: "Mi Señor me abandonó".
De ninguna manera.
Y tened cuidado, vosotros, los que no honráis al huérfano.
Vosotros, los que no os alentáis para alimentar a los pobres.
Vosotros, los que devoráis la herencia con voraz glotonería.
Vosotros, los que amáis la riqueza con una pasión sin límite.
(Corán, 89,16-21. Sura Al Fayr: Vers. de la aurora)
Muhammad, la paz sea con él, se reconforta. Renueva sus bríos.
Esta experiencia primera es sólo una pequeña escaramuza en el combate de Dios. Así lo expresan estos versículos:
Todo lo que hay sobre la tierra pasará;
Pero el rostro de tu Señor permanecerá,
rodeado de majestad y de gloria.
(Corán, 55, 26-27. Sura Al Rahman: Vers. del Misericordioso)