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El Mejor Musulman

El Verdadero Musulmán Intenta Que Las Personas Sean Felices

El musulmán que es guiado por su religión es perspicaz al propagar felicidad, amistad y alegría dondequiera que él va. Hacer que las personas estén felices, dentro del ámbito de lo que es Ĥalâl. Ello es un deber islámico muy recomendado, para que el ambiente de los musulmanes pueda estar lleno de felicidad, alegría, satisfacción y fraternidad. Por esta razón el Islam nos dice que la recompensa de quien hace a los musulmanes felices será que Allah le dará la más grande felicidad en el Día de la Resurrección: 

El Verdadero Musulmán Se Junta Con La Gente Y Soporta Sus Hostilidades

El musulmán activo se mezcla con las personas y soporta sus hostilidades con paciencia, porque él es un hombre que tiene una misión y un mensaje que transmitir.

El Verdadero Musulmán Devuelve Los Favores Y Los Agradece

Una de las características buenas del musulmán es su actitud hacia los favores recibidos. Él devuelve esos favores, los reconoce, los agradece y no se olvida de ellos, como el Profeta (B y P) dijo: 

"Quienquiera que reciba un favor de alguien que lo devuelva".[1] 

El Verdadero Musulmán Asiste A Los Funerales

El verdadero musulmán asiste a los entierros en su comunidad y acompaña al difunto a la tumba, obedeciendo así la orden del Profeta (B y P): 

"Los derechos que un musulmán tiene sobre su hermano son cinco: Debe devolverle el saludo, visitarlo cuando se enferma, asistir a su funeral, aceptar su invitación, y decirle Iarĥamuka Allah cuando estornuda". 

El Verdadero Musulmán Visita Al Enfermo

El verdadero musulmán visita al enfermo, cumpliendo con su deber islámico, no siendo esto algo optativo. Él sabe que haciéndolo obedece las ordenes del Profeta (B y P): 

"Visitad al enfermo, alimentad al hambriento, y rescatad a los prisioneros de guerra".[1] 

El Verdadero Musulmán Es Sincero Y Firme En Su Adhesión A La Verdad

El verdadero y sincero musulmán es honrado, veraz y consistente, nunca ambiguo, incoherente o mentiroso, no importa que difícil sean sus relaciones con las personas. 

Esta sinceridad en la vida y en el comportamiento del musulmán no es algo opcional. Es una conducta que ha ordenado Allah y Su Mensajero, y en muchos de los versículos del Corán viene luego a la creencia en Allah en importancia: 

El Verdadero Musulmán No Presume Ni Alardea

El verdadero musulmán es el que menos presume (es decir, realiza los actos de adoración para hacerse ver y no lo hace solamente para buscar la complacencia de Allah), porque si presume su recompensa se reduce, sus buenas acciones se anulan, y el Día del Juicio, cuando sea resucitada la humanidad para comparecer ante su Señor, será humillado. 

El Verdadero Musulmán No Es Un Hipócrita

El verdadero musulmán es el más alejado de la hipocresía, la falsedad y el falso elogio, porque la guía del Islam lo protege de caer tan bajo, como lo hacen tantas personas en la actualidad, sin darse cuenta que se están hundiendo en lo más profundo de la desastrosa y aborrecible hipocresía. 

El Verdadero Musulmán Es Sabio Y Elocuente En Su Da‘Uah

El Dâ‘i es inteligente y elocuente en su predica, sabio en la manera que invita a la gente a la verdad, y amable cuando les enseña los preceptos del Islam. En todo esto sigue y aplica las palabras de Allah: 

{Convoca al sendero de tu Señor con sabiduría y bellas palabras...} [16:125] 

El Verdadero Musulmán Ordena Lo Que Es Bueno Y Prohíbe Lo Que Es Malo

Uno de los requisitos para llamar a otros a Allah es ordenar lo que es bueno y prohibir lo que es malo (Al amru bil ma‘rûf ua an nahiu ‘an al munkar), cosa que el musulmán hace cuidadosamente, con deliberación y sabiduría.

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