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El Profeta Muhammad

MUHAMMAD EL PROFETA: Bilal Ben Rabah, El Muecin Negro

Muhammad, la paz sea con él, ha tomado una heroica decisión: hacer públicas las reuniones de los musulmanes. Se acabó el período de prudencia en el que se buscaban cuevas, lugares apartados de La Meca ó residencias privadas para cumplir, en comunidad, los cultos islámicos. De ahora en adelante a plena luz; sin miedos ni tapujos. 
 

MUHAMMAD EL PROFETA: Presiones Y Amenazas

La tarde de las colinas de Safa desata reacciones en cadena. Los mercaderes de La Meca han comprendido el peligro que significa para sus intereses la predicación de Muhammad, la paz sea con él. La destrucción de sus ídolos significaría su ruina: sin peregrinos no hay negocio. 
 
Abü Sufiyan toma el liderazgo en la acción contra el Profeta,

MUHAMMAD EL PROFETA: Las Colinas De Safa, Primera Llamada Al Islam

La orden de Dios "predicar a los parientes más cercanos", está en plena vigencia. El Profeta debe cumplirla; no importa el fracaso anterior. Ahora adoptará una nueva táctica: convocará a todos los hachemitas (descendientes de Hachím) y como el clan de los Abdel Muttalib está integrado a esta tribu no tendrán más remedio que acudir.

¿El motivo?... Informarles de un grave peligro que se cierne sobre los habitantes de La Meca.

MUHAMMAD EL PROFETA: El Inicio Del Apostolado En Público

En el año 613 Muhammad, la paz sea con él, recibe del ángel Gabriel la siguiente revelación:

"Advierte estas verdades a tus parientes más cercanos. Y
desciende tus alas sobre los creyentes que te sigan." 

(Corán 26,214.215. Sura Ach-Chuaraa: Vers. de los poetas)

Es la señal para el inicio del apostolado público, que debe comenzar con los "parientes más cercanos".

Dios ha querido someter al Profeta a dura prueba.

MUHAMMAD EL PROFETA: Los Primeros Musulmanes

El camino de Dios, aunque largo, siempre es seguro. 
 
Muhammad, la paz sea con él, conocedor de los kuraichitas y del corazón humano, sabía que su empresa apostólica no resultaría fácil; pero tenía absoluta fe en que la palabra de Dios fructificaría abundantemente. 
 
Una mañana, cuando el Profeta y su esposa están entregados a la oración, les sorprende Alí, que nada sabía de las prácticas religiosas de sus primos y protectores. Se maravilla Alí de lo que ven sus ojos y escuchan sus oídos. Esas posiciones de cuerpo tan sorprendentes y esas palabras tan vehementes, extrañas y poéticas, le llevan a preguntar con impaciencia: 
 
"¿ Qué estáis haciendo?" 

MUHAMMAD EL PROFETA: Los Principios Del Islam

Muhammad, la paz sea con él, no recibe las revelaciones de forma periódica. El ángel Gabriel no anuncia su visita; no tiene horario preestablecido. Desciende en el momento más inesperado: cuando lo dispone Dios. 
 
El Corán (Libro Sagrado) no ha sido revelado de una sola vez; más bien a cuentagotas. Tal modalidad intrigaba al Profeta hasta que le fueron revelados los siguientes versículos (suras): 
 
¿Por qué no descendió el Corán, sobre él, en una oración única? 

MUHAMMAD EL PROFETA: La Misión

La Misión 
 
Desencajado, pálido, tembloroso, llega Muhammad, la paz sea con él, a su casa. 
 
Al verle, el susto es general. Jadiya, mirando su aspecto, descuidado en lo físico, el vestido en desorden, con una expresión muy extraña en sus ojos, se aterra. Se precipita hacia él. Le abraza maternalmente. Nunca su marido había llegado, de su retiro en la cueva, en estado tan lamentable. Aunque se nota que hace esfuerzos, no puede hablar. Unos sonidos, ininteligibles, brotan, sin fuerza ni cohesión, de sus labios. 

MUHAMMAD EL HOMBRE: El Matrimonio

Porque me diste amor, paz y fortuna, cuando era infeliz y pobre. Porque tuviste fe en mi, cuando me llamaban embustero. Porque me diste refugio, cuando todos me abandonaban. ¡Bendita seas, mujer. La más noble, leal y generosa de cuantos pueblan la tierra! 
 
Vivía en La Meca, por los años 595, Jadiya bint Juwalid, de la tribu de Asad. 
 
Era una viuda muy rica, pues sus dos anteriores maridos fueron comerciantes muy prósperos, que, ayudada por su padre, dirigía una red muy importante de negocios, con sus propias, caravanas, atendidas por un numeroso personal. 

MUHAMMAD EL HOMBRE: La Tutela (Abdel Muttalib, Abú Talib)

PRIMERA ETAPA:
 
En la Meca, en esa ciudad de doble vertiente:
 
-encrucijada de caminos comerciales- de Oriente al Mediterráneo; del África Oriental a la Siria bizantina-santuario de la Kaaba, panteón de ídolos y creencias, vive Muhammad, en compañía de Umm Aiman y bajo la tutela de su abuelo Abdel Muttalib.
 
Por la mente del niño circulan recuerdos, leyendas y enseñanzas.

MUHAMMAD EL HOMBRE: Nodriza Por Caridad

Ámina alimentó a su hijo durante las primeras semanas; mas la pena y la tristeza secaron su pecho, por lo que se tuvo que buscar con toda urgencia una nodriza, hasta que llegasen, como era tradicional en La Meca, las mujeres beduinas de las tribus vecinas, que acudían a dicha ciudad dos veces al año.
 
La primera nodriza fue una mujer mequense: Tuwaba, una esclava de Abú Lahab, hijo de Abdel Muttalib. La nodriza no satisfizo a Ámina, por su mal carácter y pocos cuidados. La salud de Muhammad inquietaba a su madre. Súmese a todo ello el aire malsano de la ciudad y las continuas epidemias que sufría La Meca, que se caracterizaba por su alta mortalidad infantil.

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