MUHAMMAD EL PROFETA: El Místico Viaje Nocturno
Muhammad, la paz sea con él, estaba esa noche en casa de su prima Hind bint Abu Talib, familiarmente conocida con el nombre de ümm Haní , quien narra:
"Dormía aquella noche el Profeta de Dios en mi casa e hizo la última oración (Icha) con nosotros. Luego nos fuimos a dormir. Muy poco antes del alba despertamos al Profeta y estuvimos rezando con él la primera oración de la mañana (Subh), y dice el Profeta:
"Oh Umm Haní, tú has visto que yo recé, aquí, con vosotros la oración última de ayer noche 'Icha', pues bien fui a la 'Casa Sagrada' (Bit al maqdis) (Jerusalem) y he rezado en ella y, como tú ves, ahora estoy rezando con vosotros la oración del alba (Subh).
Le dijo Umm Haní:
"Oh Profeta de Dios, no hables de esto a la gente porque dirán que eres un mentiroso".
Le contestó Muhammad, la paz sea con él:
"Seguro que lo voy a decir, no importa lo que piensen o digan. La verdad nunca se debe silenciar".
Mucha y variada es la bibliografía que hay de este viaje. La versión más popularizada y que optamos por describir, es la siguiente:
Era una noche de profundo silencio y densa oscuridad. Toda la creación se entregaba al reposo. Muhammad, la paz sea con él, fue despertado por una potente voz que gritaba: " ¡Levántate, durmiente, tenemos que viajar!"
Era la voz del ángel Gabriel.
Sobrecogido el espíritu del Profeta por la repentina llamada y orden, se apresta a obedecer.
En un vuelo más rápido que el pensamiento llegaron, en esa parte de la primera etapa (Israa) a Jerusalén, donde se halla la Mezquita lejana (Masyid aqsa). En ésta alabó y dio gracias a Dios el Profeta, de manera devota y sincera.
Después inician la segunda etapa (miáray ) hacia el mundo ultraterreno, donde se encuentra la esfera celeste de radio infinito; allí está lo Increado y donde los justos vivirán eternamente, gozando de esa felicidad indecible que produce la intuición de la proximidad de Dios. En ese jardín, "Edén", que alberga todos los placeres espirituales que cabe imaginar.
El Profeta tuvo una rápida visión mística de todos esos dones que obsequia el Misericordioso a quienes eligieron el "recto camino".
Pero Dios, en razón de orden y justicia, ha creado también el infierno, no por motivos de venganza divina, sino para que expíen su mal proceder aquellas criaturas que eligieron el mal camino y fueron desobedientes a su Creador.
En este viaje místico el Profeta ha enriquecido su espíritu, con las enseñanzas directas que proporcionan la visión del paraíso y del infierno.
También ha recibido instrucciones en cuanto al número de oraciones diarias, que son cinco, y la manera más perfecta de alabar a Dios.
La doctrina moral de los musulmanes se puede resumir en los siguientes puntos:
—No adorar más que a un solo Dios.
—Amar y respetar a la madre y al padre.
—Amar al prójimo y darle lo que se le debe.
—Proteger a los débiles, a los viajeros, extranjeros y a cuantos estén necesitados.
—No ser pródigo.
—No ser avaro.
—No cometer adulterio.
—No matar.
—No tocar los bienes ajenos, y especialmente los bienes de los huérfanos,
—No hacer fraude en las medidas.
—No emprender actos insensatos.
—No ser orgulloso.