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EL PASO HACIA EL PARAÍSO: La Contemplación O Meditación Divina

EL PASO HACIA EL PARAÍSO
Dichos De Muhammad El Enviado De Dios
El-Imam Al-Nawawi
CAPÍTULO 5
La Contemplación O Meditación Divina

Dios, alabado sea, dijo:
"Es El quien te contempla cuando te levantas (en oración) y observa tus movimientos entre quienes se postran (ante Dios)". El Sagrado Corán (26:119-120)

Y dijo, alabado sea:
“…Él está con vosotros dondequiera que os encontréis..." El Sagrado Corán (57:4)

Y dijo, alabado sea:
"No hay nada en la tierra ni en el cielo que sea oculto para Dios". El Sagrado Corán (3:6)

Y dijo, alabado sea:
"¡Ciertamente, tu Señor esté siempre al acecho!" El Sagrado Corán (89:14)

Y dijo, alabado sea:
"El conoce la perfidia de los ojos y los que los pechos ocultan". El Sagrado Corán (40:19)

46. Umar ibn Al Jattab (que Dios esté complacido de él) narró: Un día, que estuvimos sentados en compañía del Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) se nos aproximó un hombre, con ropa de resplandeciente blancura, y que tenía cabellos intensamente negros. No se le veían señales de viaje y tampoco le conocía nadie de nosotros. Se sentó ante el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) apoyando las rodillas contra las suyas, y poniendo las manos encima de sus muslos, dijo: "¡Oh Muhammad, háblame acerca del Islam!". El Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) le respondió:          "El Islam es que ofrezcas tu testimonio de que no existe otro dios que el Dios único, y que Muhammad es Su Enviado; que observes la oración y que pagues el Zakat; que ayunes el mes de Ramadán y, que lleves a cabo la peregrinación a la Ka'ba, si tienes medios para ello".
El hombre dijo: "Has dicho la verdad". A nosotros nos ha sorprendido que le preguntara y que luego le confirmara la respuesta.
Aquel hombre le volvió a preguntar: ¡Háblame de la Fe!. El Profeta le respondió: "Que creas y tengas fe en Dios, en Sus Ángeles, en Sus Escrituras, en Sus enviados, en el Día del Juicio. Y que creas y tengas fe en el Destino, tanto en lo bueno como en lo malo".
Y el hombre dijo: "Has dicho la verdad. ¡Háblame de la bondad virtuosa y piadosa!".
El Enviado de Dios respondió: "Que adores a Dios como si Le vieras. Pues, si no Le ves, Él te ve".
El hombre dijo: "Háblame acerca de la Ultima Hora (Día del Juicio) Dijo: "Quien es interrogado, por ello, no tiene mayor conocimiento de quien hace la pregunta”.
El hombre insistió: "¡Háblame, entonces, de sus signos!".
Dijo: "Será cuando la esclava dé a luz a su propia señora, y cuando veas a descalzos, desamparados, pastores de ovejas, compitiendo en la construcción de altos edificios”.
Aquel hombre se marchó, quedándome pensativo durante un buen rato. El Profeta me pregunté: "¿Oh Umar, sabes quién era el que me preguntaba?".
Dije: "Dios y Su Enviado tienen mejor conocimiento".
Dijo: "Era el Arcángel Gabriel, que vino a enseñaros la esencia de vuestra religión".

47. Yundob Ibn Yunada y Mu'az Ibn Yabal (que Dios esté complacido de ambos) narraron que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Ten piedad y temor de Dios dondequiera que estés. Y, después de haber cometido una falta, apresúrate a alcanzarla con una buena obra, pues ésta la borrará. Además, convive con la gente con buena educación.

48. Ibn A'bbás (que Dios esté complacido de ambos) narró: Un día, me encontraba detrás del Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) cuando me dijo: "¡Oh joven!, Te enseñaré algunas palabras; Guarda a Dios y Él te guardará. Guarda a Dios y siempre Le encontrarás junto a ti. Si imploras por algo, implora a Dios; y si necesitas ayuda, acude a Dios.
Y, ten la certeza de que aunque se reúna el pueblo entero para beneficiarte en algo, no te beneficiará sino en lo que Dios haya dispuesto para ti; y si se reuniera para perjudicarte en algo, no te perjudicará salvo en lo que Dios haya determinado sobre ti. Así, las plumas quedan retiradas, y las hojas secadas.

49. Anas (que Dios esté complacido de él) dijo: Vosotros cometéis algunos actos, que son –a vuestros ojos- más finos que un pelo, pero que los considerábamos -en tiempos del Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él)- como muy graves.

50. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Dios (alabado sea) se indigna, y la indignidad de Dios (Alabado sea) se suscita cuando el hombre comete lo que Él ha prohibido".

51. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narro que había escuchado al profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) decir: "Hubo tres hombres de entre los hijos de Israel: Un leproso, un tiñoso y el tercero era un ciego. Dios quiso ponerlos a prueba y, por ello, les envió un ángel. El ángel se presentó ante el leproso y le preguntó: ¿Qué es lo que más deseas? Respondió: Un bonito color, una bonita piel y que me libere de lo que asquea a la gente de mí.
El ángel pasó la mano sobre el cuerpo de aquel hombre y de este modo, desapareció el mal que tenía, y le dio un color bonito. Luego le pregunté: ¡De qué clase de propiedades te gustaría tener?, y el hombre respondió: ¡camellos o vacas!. Le dio una camella encinta de diez meses (a punto de dar a luz) y le dijo: Que Dios te la bendiga.
Luego, el ángel se dirigió al tiñoso y le preguntó: ¿Qué es lo que más deseas?. El tiñoso respondió: Un bonito cabello y que me libere de lo que asquea a la gente de mi. El ángel le puso la mano encima y le curó dándole un bonito cabello, y luego le pregunté: ¿De qué clase de propiedades te gustaría tener?. Le respondió: ¡Las vacas!.
Le dio una vaca encinta y le dijo: ¡Que Dios te la bendiga!.
Más tarde, el ángel fue a ver al ciego y le pregunté: ¿Qué es lo que más deseas? Respondió: Que Dios me devuelva la vista para ver a la gente. El ángel le pasó la mano sobre sus ojos y Dios le devolvió la vista. Luego, le preguntó: ¿De qué clase de propiedades te gustaría tener?. Le respondió: ¡Las ovejas!.
El ángel le dio una oveja con su cría.
Todos esos animales procrearon y se multiplicaron, de modo que el primero tuvo un gran rebaño de camellos; el segundo, un gran rebaño de vacas y el tercero un gran rebaño de ovejas.
Tiempo más tarde, el ángel volvió a ver al leproso, en su nuevo estado y situación y le dijo: Soy un pobre hombre, que durante un viaje perdí todo lo que tenía. Así que no puedo llegar a mi destino si no es con la ayuda de Dios y con la tuya. Te pido por Aquel que te dio el bonito color y la fina piel y también la riqueza, que me des un camello que me sea de ayuda en mi viaje. El leproso le respondió: ¡Mis obligaciones son muchas!.
El ángel le replicó: Me parece que te conozco a ti. ¿No eras, acaso, un leproso que la gente rechazaba y, además, eras pobre, y luego Dios te agració. Dijo: ¡No! Más bien heredé estas riquezas de mis padres y ellos de los suyos.
Entonces, el ángel le dijo: Si estés mintiendo, que Dios te devuelva a como estabas antes.
Y, el ángel se marchó a ver al tiñoso, en su nueva situación y condición, repitiendo lo que había hablado con el primero y, obteniendo la misma respuesta. Por ello, le dijo: Si estés mintiendo ¡que Dios te devuelva a como estabas antes!.
Luego, el ángel se dirigió al ciego, en su nueva situación y condición, y le dijo: Soy un pobre hombre. Un viajero sin sustento, pues he perdido todos mis bienes en mi viaje De modo, que no podré llegar a mi destino sino es con la ayuda de Dios y con la tuya. Te pido, en nombre de Quien te ha devuelto la vista, que me des una oveja que me alimente durante el viaje. El ciego le respondió: Claro que sí, pues yo era ciego y Dios me devolvió la vista. Llévate lo que quieras y deja lo que quieras. ¡Por Dios! No te negaré nada que quieras llevar, en el nombre de Dios Alabado y glorificado sea.
El ángel, entonces, le dijo: Guarda tus riquezas para ti. Los tres habéis sido puestos a prueba. Dios esté complacido contigo y disgustado con tus dos compañeros.

52. Chadád Ibn Aus (que Dios esté complacido de él) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "El juicioso es aquel que exige cuentas de sí mismo (se autocrítica) y se prepara para después de la muerte. El inútil es aquel que se entrega a sus pasiones, manteniéndose a la espera de los favores de Dios.”

53. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Es un signo de las excelencias del Islam de alguien, el no inmiscuirse en lo que no le atañe".

54. Umar (que Dios esté complacido de él) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "No se debe preguntar al hombre de porqué ha pegado a su mujer".

Selección y Prologo: Prof. Dr. M.M Al-Azami
Traducción de texto: Ahmed M. Safi
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