La Verdadera Musulmana Difunde El Saludo Del Islam
Uno de los aspectos distintivos de la conducta social de la musulmana es su insistencia en el saludo del Islâm, el cual imparte a todo musulmán que encuentre, sea hombre o mujer, en conformidad a las normas de cómo dar el salâm definidas por el Islâm que nos prescribe difundir el salâm en cierto número de Aleyas y Hadîces.
En el Islâm, saludar con el salâm es una etiqueta claramente definida que ha sido prescrita por Allâh Todopoderoso en Su Libro. Y las normas y regulaciones relativas a este saludo han sido establecidas en numerosos Hadîces, a los cuales los eruditos de Hadîz , han dedicado capítulos enteros llamados: Kitâb al salâm o Bâb al salâm.
Allâh prescibió a los musulmanes saludarse los unos a los otros con el salâm, en términos definitivos y precisos en el Qur’ân:
[¡Oh, creyentes! No entréis en ninguna casa que no sea la vuestra sin antes pedir permiso y saludar a su gente.] (24: 27)
Allâh ordenó que los musulmanes retribuyeran el saludo con algo similar o mejor, de allí que sea una obligación para quien escucha un saludo el retribuirlo, y nunca ignorarlo:
[Si os saludan responded con un saludo aún mejor o igual.] (4: 86)
El Profeta fomentó enérgicamente a que los musulmanes difundieran el salâm, y saludaran a quienes conocieran, y a quienes desconocieran.
'Abdullâh ibn 'Amr ibn al 'Âs dijo:
"Un hombre preguntó al Profeta : '¿Cuál es la mejor clase de Islâm?'. Él respondió: 'Alimentar a la gente y dar el salâm a quienes conozcáis y a quienes desconozcáis." [1]
El acto de saludar con el salâm es uno de los siete puntos, que el Profeta ordenó a sus compañeros y al que después de ellos se adhirió toda la Ummah musulmana. Éstos fueron enunciados por Al Barrâ ibn 'Âzib :
"El Mensajero de Allâh nos ordenó hacer siete cosas: visitar al enfermo, asistir a los funerales, pedir la bendición cuando alguien estornude, apoyar al débil, ayudar al oprimido, extender el salâm, y ayudar a que la gente cumpla con sus juramentos".[2]
El Profeta colocó gran énfasis en el salâm y estimuló a que los musulmanes usaran este saludo en diversos Hadîces, porque comprendía sus efectos al diseminar el amor fraternal y el fortalecimiento de los lazos de amor, proximidad, y amistad entre los grupos e individuos. Él describió al salâm como algo que conduciría al amor, y el amor conduciría a la Fe, y la Fe, a su vez, conduciría al Paraíso:
"Por Aquél en Cuyas manos está mi alma, que vosotros no entraréis al Paraíso hasta que no creáis, y no creeréis hasta que no os améis los unos a los otros. ¿Os hablo sobre algo, con lo cual, si lo hacéis, os amaréis los unos a los otros? Propagad el salâm entre vosotros".[3]
Él también dijo que quien inicie el saludo estará más cerca de Allâh y será más merecedor de Su complacencia, favor, y bendición: "La gente más cercana a Allâh será aquella que comience el saludo del salâm". [4]
'Abdullâh ibn 'Umar solía ir al mercado a la mañana, y jamás pasaba cerca de nadie sin decirle el salâm. Cierto día le fue preguntado: “¿Qué es lo que haces en el mercado? ¿Si tú no vendes nada, ni preguntas o regateas los precios, ni tampoco te unes a las reuniones?". Él respondió, "Nosotros vamos allí, solamente con el propósito de extender el salâm a cualquier persona que encontremos".[5]
En el Islâm, el acto de saludar con el salâm no está considerado como una cuestión de costumbre social definida por los hombres que puede ser cambiada o adaptada según el tiempo y las circunstancias. El saludar con el salâm es un etiqueta claramente definida y prescrita por Allâh Todopoderoso en Su Libro. Las normas y regulaciones relativas a este saludo han sido fijadas como fue descrito anteriormente.
"Existe una sola forma de saludar a la cual los hombres y mujeres musulmanes, conscientes de los modales islámicos e interesados en aplicar las enseñanzas islámicas, se adhieren. Esta es: "As salâmu 'alaykum wa rahmatullâhi wa barakâtuh (La paz, la misericordia y las bendiciones de Allâh sean con vosotros)". El hombre o la mujer que inicie el saludo lo dice de esta manera - en la forma plural - aunque estuviera saludando a una sola persona. En tanto el hombre o la mujer a quien va dirigido el saludo responde: "wa 'alaykum as salâm wa rahmatullâhi wa barakâtuhu." [6]
La musulmana interesada en distinguirse por su identidad islámica, se adhiere a esta forma bendecida de saludo, que constituye el saludo original del Islâm y no lo sustituye por ninguna otra clase saludo.
Este saludo islámico correcto no debe ser reemplazado por ningún otro saludo, tal como el antiguo saludo árabe, "Imm sabahan", o los saludos modernos como el de "Sabah al khayr", "buenos días", o "Bonjour" (en árabe, español, y francés respectivamente), y otros usos, que han sido difundidos en las sociedades musulmanas desviadas de la guía del Islâm.
Este saludo islámico es el saludo que Allâh escogió para Su creación desde los tiempos de Âdam a quien se lo enseñó y le prescribió saludar a los ángeles con el mismo. Allâh quiso, que los descendientes de Âdam en todos los tiempos, y en todo lugar usaran este saludo debido a su significado de paz, que es lo más amado por el hombre, sin importar cuando y donde viva. Este saludo de orden divino, no está preservado en ningún otro lugar, a excepción de la Ummah del Islâm, que se ha unido al verdadero sendero, y no lo ha cambiado ni se ha desviado de él. El Profeta dijo:
"Cuando Allâh creó a Âdam 22, le dijo: 'Ve y saluda a aquellos' - un grupo de ángeles que estaban sentados- 'Y escucha cómo te van a saludar, pues será tu saludo y el tus descendientes. Entonces él les dijo: 'As salâmu 'alaykum,' y ellos respondieron, 'Wa 'alayka as salâmu wa rahmatullâh .' Añadiendo 'Wa rahmatullâh." [7]
No es de extrañar que este modo de saludar sea tan bendecido ya que proviene de Allâh , Quien nos prescribió adoptarlo como nuestro saludo y jamás reemplazarlo por ningún otro.
[Y cuando entréis en una casa, saludaos unos a otros con la salutación bendita [As Salâmu ‘Aleikum] y decios palabras afables.] (24: 61)
De este modo, Yibrîl 22 utilizó esta forma de saludar, cuando saludó a 'Âishah. Ella, en tanto, usó la misma forma, al retribuir el saludo. Esto está relatado en el Hadîz de 'Âishah, que Allâh esté complacido con ella:
"El Mensajero de Allâh me dijo: 'Este es Yibril, quien te está dando el salâm'. Yo respondí: 'Wa 'alayhi as salâmu wa rahmatullâhi wa barakâtuhu (y que la paz, la misericordia, y las bendiciones de Allâh sean con él)".[8]
Existen también normas relativas al saludo del salâm a las que la fiel musulmana trata de adherirse y aplicarlas apropiadamente en su propia vida social. Estas normas están resumidas en el Hadîz recopilado por Bujâri, y otros, proveniente de Abû Hurayrah :
"El Mensajero de Allâh dijo: 'La persona que esté montando debe decir el salâm a quien esté caminando, el que esté caminando, a quien está sentado, y el grupo pequeño al grupo más grande".[9] Un relato narrado por Bujâri añade las siguientes palabras: "Y los jóvenes a los ancianos." [10]
El saludo es dado a los hombres y mujeres por igual, pues Asmâ bint Yazîd, que Allâh esté complacido con ella, relató que el Profeta pasó cerca de la mezquita cierto día en que un grupo de mujeres estaba sentada allí, entonces, él agitó su mano hacia ellas saludándolas. [11]
El saludo también debe ser dado a los niños para familiarizarlos con las maneras de saludar, y dar el salâm. Fue relatado que Anas , en cierta ocasión pasó cerca de un grupo de niños y los saludó con el salâm, luego dijo: "El Mensajero de Allâh solía hacer esto." [12]
Cuando el saludo es dado por la noche, debe ser pronunciado suavemente y en voz baja, para que puedan escucharlo quienes estén despiertos, sin perturbar a quienes estén dormidos. Esto es lo que el Profeta solía hacer según al prolongado Hadîz de Al Miqdâd en el cual el Profeta dijo lo siguiente:
"Solíamos colocar a un costado la ración de leche del Profeta pues él venía a la noche a saludarnos de forma tal que no despertaba a quienes estaban durmiendo, pero quienes estaban despiertos lo escuchaban..." [13]
El salâm debe ser dado cuando una persona se incorpora a una reunión y cuando la abandona. El Profeta dijo:
"Cuando alguno de vosotros llega a una reunión, que diga el salâm y cuando quiera abandonarla, que diga el salâm. Lo anterior no es menos importante que lo posterior." [14]
La musulmana distinguida por sus auténticos modales islámicos comprende las sublimes enseñanzas del Profeta en lo que atañe al saludo del salâm y su etiqueta. Por eso, ella sigue precisamente esta etiqueta tanto en su vida privada como social, y estimula a otras personas a obrar de igual modo.