La Verdadera Musulmana Invita A La Gente Hacia La Verdad
La verdadera musulmana comprende que la humanidad no fue creada en vano, sino que fue creada para cumplir con un propósito: el de adorar a Allâh :
[Por cierto que he creado a los genios y a los hombres para que Me adoren.] (51: 56)
El acto de adorar a Allâh puede ser realizado a través de cualquier acción positiva y constructiva emprendida para cultivar y poblar el mundo, para hacer suprema la palabra de Allâh sobre la tierra y para aplicar Sus leyes en esta vida. Todos estos objetivos constituyen parte de aquella verdad hacia la cual se exhorta a los hombres y mujeres musulmanes que inviten a la gente.
En consecuencia, la verdadera musulmana es consciente de su deber de invitar a la verdad a tantas otras mujeres como le sea posible. Esa verdad en la cual ella cree y por la cual busca la gran recompensa que Allâh ha prometido a quienes sinceramente invitan a otras personas hacia la verdad, tal como el Profeta dijo a 'Alî :
"¡Por Allâh ! Si Allâh guiase aunque fuere a un solo hombre a través de vosotros, sería mejor para vosotros que tener camellos rojos".[1]
La musulmana que dice una buena palabra a la mujer indiferente en cuestiones religiosas o a una mujer que se ha desviado de la guía de Allâh , tendrá un efecto sobre ellas ya que las hará regresar a la hermana que la invitó hacia Allâh con una gran recompensa, más valiosa que poseer camellos rojos, la variedad más preciada y buscada de camellos entre los árabes de aquella época. Por añadidura, también le será concedida una recompensa como ésta a la mujer a través de cuyas manos fueron guiados otros fieles como dijo el Profeta :
"Quien invita a la gente hacia la verdad, tendrá una recompensa igual a la de aquellos que lo siguieron sin disminuirles en lo más mínimo su propia recompensa".[2]
La musulmana no considera como insignificante cualquier conocimiento que posea cuando esté invitando a otras mujeres a Allâh . Para ella, le es suficiente transmitir cualquier conocimiento aprendido o escuchado de la prédica de otras personas, aunque sólo sea una Aleya del Libro de Allâh . Esto es lo que el Profeta recomendaba que hicieran sus compañeros: "Transmitid de lo mío (el conocimiento) aunque tan sólo sea una Aleya".[3]
Esto se debe a que la persona puede depender de tan sólo una palabra de esta Aleya que puede tocar su corazón y encender la chispa de la Fe de modo que su corazón y su vida se vean iluminados por la luz de la guía.
La musulmana que invita a otras mujeres al sendero de Allâh no escatima ningún recurso para invitarlas hacia la verdad - y ¡Qué grande es la necesidad de esta llamada o invitación en estos tiempos! - Al buscar la complacencia de Allâh y difundir la concientización entre aquellas mujeres que no fueron lo suficientemente afortunadas de recibir esta instrucción y guía anteriormente, probará que quiere para su hermana lo que quiere para sí misma. Éstas son las características de la mujer que invita a otras personas al sendero de Allâh y que la distinguirán de las mujeres comunes. Estas nobles y valorables características fueron sumamente exaltadas y estimuladas por el Profeta :
"Que Allâh haga resplandecer el rostro, de quien escucha algo de nosotros y lo transmite tal como lo escuchó, porque quizás la persona a la que le fue transmitido (el conocimiento), lo comprenderá mejor que quien lo transmitió".[4]
La musulmana verdaderamente guiada por el Qur’ân y la Sunnah es como una lámpara encendida que muestra el camino a los viajeros en lo profundo de la noche. Por eso, ella no puede ocultar la luz a sus hermanas quienes están tambaleando en la oscuridad cuando ella misma ha visto la gran recompensa que Allâh preparó para las personas sinceras que invitan a la gente hacia la verdad.