La Verdadera Musulmana Se Junta Con Otras Mujeres Y Soporta Sus Insultos
La musulmana activa es una mujer con una misión que tiene un mensaje para transmitir. Quien emprenda esta importante misión, debe prepararse para ser paciente y constante y para hacer sacrificios a lo largo del camino.
La musulmana activa no tiene otra elección que soportar la mala predisposición y las rudas reacciones de algunas mujeres como la falsa interpretación de sus propósitos, su desdén hacia la llamada para adherirse a la moral y a los modales del Islâm, su juicio superficial y confuso, su tímida respuesta a la verdad, su enfoque de los asuntos centrándolos en ellas mismas y sus propios intereses, su preocupación por cuestiones triviales, su devoción a este mundo y sus placeres, su fracaso al no considerar la vida futura, ni seguir las prescripciones del Islâm, y otras cosas necias que pueden llegar a disgustar a los du'âh (predicadores) y hacerlos pensar en apartarse de la gente, abandonando así su trabajo por la causa de Allâh por momentos pasados de irritación y frustración.
Esto es a lo que todos los hombres y mujeres, que buscan invitar a otras personas a la religión de Allâh se enfrentarán en todo tiempo y lugar.
Por esta razón, el Profeta , buscó fortalecer la determinación de los creyentes y tranquilizarlos, al anunciar, que quienes tuvieran paciencia en transitar el largo y difícil sendero de da'uah serán mejores, de acuerdo a la escala de taqua y de actos probos, que aquellos que no tuvieran paciencia:
"El creyente que se junta con la gente y soporta sus insultos con paciencia es mejor que quien no se junta con la gente y no soporta sus insultos con paciencia".[1]
El Profeta y los otros Profetas antes de él representaron el ejemplo supremo de paciencia frente al mal comportamiento, las sospechas y la necedad de la gente. Los du'âh necesitan incorporar rápidamente este ejemplo cada vez que sientan que se les está agotando la paciencia o cuando se encuentren agobiados por el estrés, los insultos y la hostilidad de la gente.
Un ejemplo de la suprema paciencia del Profeta aparece en un relato brindado por Bujâri y Muslim. El Profeta había repartido algunos bienes como habitualmente hacía; pero uno de los Ansâr dijo: "¡Por Allâh ! La división no fue hecha por Allâh ". El Profeta , al oír estas injustas palabras, se ofendió profundamente. La expresión de su rostro cambió y él se enojó pero luego dijo: "Mûsa sufrió peores insultos que éstos pero los soportó con paciencia". Con estas pocas palabras el enfado del Profeta se desvaneció y su noble e indulgente corazón se sosegó.
Ésta fue la actitud de los Profetas y de los sinceros du'âh en todo tiempo y lugar: tener paciencia frente a los insultos, sospechas y rumores de la gente. Sin esta paciencia, la da'uah no podría prosperar, ni tampoco los du'âh podrían perseverar.
La musulmana que invita a otras personas a la religión de Allâh no carece de inteligencia. Al contrario; ella es capaz de comprender la psicología, el nivel intelectual y la posición social de sus oyentes para dirigirse a cada clase de mujer de la forma más propicia y efectiva.
[1] Relatado por Bujâri en Al Adâb al Mufrad, 1/478, Bâb alladhi yusbir 'ala adha al nâs.